La imagenes de los ensayos en Vivotecnia agitan el debate…

18 abril 2021

¿Maltratos en los laboratorios? Las imágenes de cómo operaba Vivotecnia ponen en evidencia una cadena de fallos, horrorizan a los defensores del bienestar animal y reabren el debate sobre el uso de seres vivos en la experimentación.

Las imágenes de la actividad que se efectuaba en el laboratorio de Vivotecnia de Madrid han dado la vuelta al mundo y han provocado una ola de indignación. Conejos, perros, ratones y cerdos son manejados sin contemplaciones y forzados a pruebas contra su voluntad en medio de una aparente rutina que no se interrumpe ni cuando los animales aparecen agonizantes. Son escenas tan crudas que el observador apenas ha tenido tiempo de retirar la mirada cuando la visión del sufrimiento animal da paso inmediato a la náusea.

Con estas imágenes en la cabeza, los veterinarios de la Comunidad de Madrid han entrado esta semana en las instalaciones del laboratorio para inspeccionarlo y comprobar el estado de los animales que sobreviven.

La Comunidad de Madrid decidió paralizar las actividades en el centro, mientras el asunto ha entrado en los juzgados. La grabación lleva la firma de Cruelty Free International, una organización dedicada a la defensa de los animales que, junto a ADDA (Asociación para la Defensa de los Derechos de los Animales), ha presentado denuncia al juzgado.

Carmen Méndez, presidenta de la asociación ADDA, sostiene que la realidad que muestra el vídeo no es un hecho aislado. Y vaticina que la aparición de grabaciones similares de otros centros dependerán de la “conciencia, la ética y la profesionalidad” que muestren otros profesionales, vistas las reacciones sociales provocadas.

“No sé si esto que hemos visto pasa mucho o poco. Pero lo que hemos constatado es que en todas las instalaciones que son herméticas y sin posibilidad de ser vistas, se producen abusos con los animales”, dice Méndez. Según ella, es algo que se repite no solo “en los laboratorios de experimentación, sino también en mataderos o en la cadena de transporte” de animales. 

Carlos Contreras, abogado que representa a las entidades denunciantes, cree también que “es probable que en el día a día de los laboratorios en España haya situaciones que impliquen delitos con animales;; no creo que sea un hecho tan aislado”.

El vídeo, dice Carlos Contreras, muestra «conductas grotescas» de los operarios, insultos antisemitas, mofas, bofetadas y animales sin sedación. «Lo que más llama la atención es que se cause un sufrimiento innecesario, no solo físico en el tratamiento lesivo de los animales, sino también psicológico. Son conductas que no serían aprobadas por ningún comité ético, que se enmarcan fuera de la ley de experimentación animal», recalca. 

Reiteración de fallos en los controles

Carmen Méndez (ADDA) sostiene que el suceso deja en evidencia una “reiteración de fallos en los controles” en toda cadena, lo que, en sí mismo, cuestiona no solo el trabajo de los operarios, sino también los supervisores, técnicos e incluso el comité ético de la empresa encargado de velar y supervisar que se cumple la ley y garantizar que se atenúa al máximo el sufrimiento del animal.

La directiva europea y su adaptación al derecho español exige numerosos requisitos para trabajar con animales en experimentación. El personal tiene que estar formado y capacitado. El investigador, para abordar cualquier proyecto, debe justificar el empleo de un animal y la ausencia de otros métodos alternativos que permitan evitar su uso. Toda esa tarea debe ser validada por un comité ético y refrendada por otro comité independiente. “Esto no es tan fácil como tener una idea y empezar a pinchar ratones. Desde que piensas en un experimento hasta que lo ponen en práctica pasan varios meses. Tienes que convencer a mucha gente”, dice Montoliu.

La tarea de investigación debe regirse por el criterio de las llamadas 3 R, centrado en lograr la reducción del uso de animales en experimentación, el reemplazamiento (incluyendo los métodos alternativos si están disponibles) y un refinamiento en el trato para prevenir el sufrimiento animal. ¿Se están cumpliendo estos objetivos? En los laboratorios y centros de investigación y docencia se realizaron en el 2019 un total de 817.742 pruebas con seres vivos, segun el tercer informe del acuerdo de transparencia de Cosce sobre el uso de animales en la experimentación. Aunque es una cifra elevada, la suma supone una reducción del 42% respecto al 2009.

Carmen Méndez, presidenta de ADDA

«Hay mucho doctor Mengele suelto todavía. El doctor Mengele hacía esto con los judíos”, explica escandalizada Carmen Méndez, presidenta de ADDA al comentar el vídeo de Vivotecnia que su organización ha llevado al juzgado. En el “documental”, sorprende la deshumanización de los operarios, que trabajan de una manera que parece rutinaria, maquinal, como si ejecutaran movimientos consabidos, lo que para los defensores de los animales podría ser la prueba de la reiteración de los procedimientos con que venían actuando.
La difusión de las imágenes es parte de una campaña que pone el foco en “el trato cruel” que reciben los animales de laboratorio. “Los animales son sometidos a pruebas muy severas que se ven agravadas por el trato abusivo y despiadado que se observa en las imágenes; no se les proporciona anestésicos; hay burlas y golpes; a un conejo lo tiran y le dañan la columna vertebral; lo que vemos es un menosprecio absoluto a la ética y el dolor. Muchas de estas prácticas están prohibidas”, añade.
En las pruebas de toxicidad aguda, los lotes de animales son obligados a ingerir sustancias tóxicas para comprobar la dosis letal que les provoca la muerte; “y una vez que en el plazo determinado el 50% de los animales ha muerto, también se procede al sacrificio del resto” para examinar los resultados, relata.
Los animales que no son sometidos a pruebas tan severas pueden llegar a ser reutilizados en otros experimentos, y los otros esperan “su turno”.
¿Lo que pasa en este laboratorio es el peaje que debemos pagar por el “avance de la ciencia”? “No es asumible este argumento; sería un chantaje moral. No todo el maltrato animal que se produce gira en torno a los experimentos para la medicina y la salud humana porque este argumento enmascara muchos otros aspectos y campos de la experimentación con animales”, dice Carmen Méndez. Los defensores de los animales sienten como una victoria que se prohibiera la utilización de animales para la investigación en cosmética. “Pero los animales se siguen usando en la investigación de productos de la limpieza, productos químicos, industria del armamento o en muchos pesticidas que, nada tienen que ver con nuestra salud”, dice Méndez, que lanza otro debate. “No es ético ni demasiado científico que a los animales se le produzcan enfermedades inducidas artificialmente, enfermedades que ellos no tendrían por sí mismos; numerosos evidencias avalan que los resultados de estas pruebas no pueden ser extrapolables al hombre. Cada especie es diferente”, esgrime.

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Fuente de Información: La Vanguardia

Denuncia conjunta presentada por Cruelty Free Internacional y Ong ADDA

12 abril 2021

En la mañana de hoy, 12 de abril de 2021, Cruelty Free internacional y la Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal, ADDA miembro de Cruelty Free Europe, han presentado una denuncia contra el laboratorio de Vivotecnia ante la Fiscalía de Madrid por hechos que pueden ser constitutivos de delito de maltrato animal.

Por todo ello pedimos tu colaboración para detener este sufrimiento.


Más información: Cruelty Free International

Las organizaciones de defensa de los animales solicitan a la Comisión Europea que se cumpla con la prohibición de no experimentar productos cosméticos en animales

11 marzo 2021

En el año 2013 el Reglamento de cosméticos de la Unión Europea puso fin a la rutinaria dependencia de utilizar animales para los productos cosméticos, incentivando con ello, el desarrollo de métodos alternativos que no implican crueldad y resultan más eficaces. Con ello también se estableció un precedente de referencia para la puesta en marcha de iniciativas similares en todo el mundo.

Transcurridos ocho años se ha evidenciado como ciertos ingredientes de esta industria continúan siendo probados en animales amparándose en la legislación sobre productos químicos industriales conocida como Reglamento sobre registro, evaluación, autorización y restricción de productos químicos (REACH)  que, según recientes decisiones adoptadas por la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) -confirmadas por su Consejo de Apelación-, considera  admisibles dichas pruebas en animales, aunque se trate de ingredientes utilizados exclusivamente en cosméticos.

Este doble enfoque contraviene y socava gravemente el Reglamento europeo sobre cosméticos y  motiva que organizaciones europeas de defensa animal de las que forma parte ONG ADDA, decidan instar a las autoridades comunitarias para que no autoricen nuevas solicitudes para experimentar en animales garantizando que los productos cosméticos y todos sus ingredientes sean testados mediante métodos alternativos.

En el mes de diciembre de 2020 se dirigió una carta abierta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, respaldada por 463 marcas de la industria cosmética y por varias organizaciones de defensa de los animales. En dicha carta las empresas firmantes  remarcaban su capacidad para garantizar la seguridad de los consumidores y de los trabajadores que participan en la producción de productos cosméticos mediante métodos que no involucran a los animales, destacando el hecho de que muchos de los ingredientes que ahora la ECHA obliga a volver a comprobar, cuentan ya con un largo historial de seguridad. Por su parte, los grupos de defensa de los animales, destacaban el amplio apoyo de la ciudadanía europea que insta a las autoridades, los legisladores y el Parlamento Europeo a poner fin a las pruebas que utilizan animales.

Kerry Postlewhite, directora de asuntos públicos de CRUELTY FREE EUROPE considera que: «La suspensión inmediata de los requisitos de pruebas de animales para ingredientes utilizados exclusivamente en cosméticos permitiría a la industria demostrar que también puede garantizar la seguridad de sus productos mediante métodos y enfoques modernos, absolutamente libres de animales. Esto es del interés de todos. Esperamos que la Comisión y la ECHA respondan positivamente«.

Carmen Méndez, presidenta de ONG ADDA miembro de Cruelty Free Europe manifiesta: “Con la prohibición en el año 2013 de testar en animales los productos cosméticos, Europa asumió un compromiso ético y de desarrollo tecnológico muy significativo que se debe poder mantener sin ceder a las presiones de la industria química”.  

La necesidad de hacer un frente común sobre este hecho se hace más imperativa teniendo en cuenta la próxima aprobación de la nueva Estrategia de Químicos para la Sostenibilidad de la Unión Europea que, enmarcada dentro del Pacto Verde Europeo, persigue la estrategia de seguridad del medio ambiente y del consumidor que podría poner en riesgo la vida de miles de animales en el caso de volver a exigir nuevos tests de los ingredientes ya utilizados en cosméticos y en otros productos cotidianos.

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España: continúan las pruebas de pirógenos y aumentan los daños severos en los experimentos con animales.

14 diciembre 2020

El Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación hace públicos los datos anuales a que obliga la Directiva Europea sobre la protección de los animales utilizados para fines científicos (DIRECTIVA 2010/63/UE), una orden transpuesta a nivel estatal mediante el Real Decreto (53/2013).

A pesar de las repetidas evidencias, a pesar de la insistencia y a pesar de las constantes peticiones, el estado español sigue realizando pruebas, con el mismo número y volumen, en todo tipo de animales. La cifra total de usos en experimentación, correspondientes al año 2019, es de 817.742 tests realizados. Eso significa una escasa disminución de 18.354 experimentos con respecto a 2018. Reducción engañosa puesto que, sin saber exactamente el motivo, Castilla y León ha dejado de informar, de al menos la mitad de las pruebas realizadas. Significa que en el caso de incluir esta información se igualarían, o superarían, las estadísticas del ejercicio anterior. Es la conclusión que se extrae del Informe sobre usos de animales en experimentación y otros fines científicos, incluyendo la docencia en 2019, hecho público a principios de diciembre de 2020 por el Ministerio.

Se destaca especialmente un dato grave; aumentan los tests de pirógenos, lo que significa, la inducción de productos (patógenos o materiales) para comprobar si estos provocan o no una reacción febril en el organismo. En 2018, estas pruebas realizadas mayoritariamente con conejos llegaron a las 8.802 y en 2019 fueron 8.827. El incremento es pequeño (25 más) pero los números resaltan de manera especial cuando se ve que la cifra significa casi un cuarto del total de los tests contabilizados para el mismo período en la Unión Europea (35.172). Todo ello, a pesar del foco específico que recientemente han puesto los lobbys de presión continental en el asunto, porque los experimentos de pirogenicidad pueden ya realizarse de manera más que validada en métodos alternativos, como son, por ejemplo, los modelos de células humanas cultivadas in vitro. No usar alternativas validadas contradice, en consecuencia, la legislación europea y el reglamento español que la transpone, publicado en el año 2013.    

Prueba de pirogenicidad: Los conejos permanecen inmovilizados durante horas,  inyectándoles la sustancia de prueba en la vena de sus orejas y comprobando  su temperatura a través de las sondas que les introducen profundamente en el recto. (foto iStock)

Otro punto a considerar es el daño que los diferentes experimentos infringen a los animales. La norma divide esta catalogación en 3 grados distintos: “leves”,  “moderados”, o “severos”, y añade también la categoría “sin recuperación” que hace referencia a la muerte definitiva y que se produce, en gran parte, en pruebas tóxicas como pueden serlo los dramáticos experimentos de letalidad realizados con Toxina Botulínica (Test L50 de Botox). Es cierto que las pruebas de toxicidad totales presentan un ligero descenso (de 103.087 en 2018 a 97.536 en 2019), pero el total de casos graves se acrecienta. Mientras bajan las afecciones leves y moderadas, la cifra de casos severos se eleva de 52.818 a 60.162, y la tasa de no supervivencia, “sin recuperación”, alcanza los 55.091 casos, por los 38.163 del año 2018.

Hay que destacar, también, que los experimentos relacionados con la investigación básica (comportamiento, fisiología, etc.) descienden ligeramente (de 395.708 a 373.108) mientras que aquellos destinados a investigación aplicada (enfermedades concretas, tratamientos, etc.) presentan un notable incremento (218.568 en 2018 y 282.744 en 2019). A pesar de que el informe asegura que en la mayoría de los casos el sufrimiento de los animales no pasa de moderado, los experimentos dedicados a investigación oncológica o al tratamiento de enfermedades respiratorias son susceptibles de originar más angustia y dolor que aquellos que buscan sólo dirimir aspectos biológicos o de comportamiento. Es remarcable en este último apartado, el aumento exponencial de pruebas que se derivan de la necesidad de negocio de las explotaciones industriales ganaderas o de acuicultura. Hay dos marcadores que evidencian otro perjuicio a los ya dañinos efectos contaminantes y de respeto hacia los animales que conllevan las explotaciones intensivas. El primero, el número de tests destinados al comportamiento, etología o biología animal en granjas que utilizan mayormente, pollos de engorde, gallinas ponedoras, conejos y peces, que pasó de los 89.654 en 2018 a los 90.094 en 2019. Asimismo, las pruebas para comprobar el “bienestar animal” en recintos de cría intensiva se multiplicaron por 10: de las 5.186 realizadas en 2018 se pasó a las 54.316 del pasado ejercicio.

En cuanto a las especies, cabe resaltar que baja ligeramente el número de mamíferos involucrados en experimentos (especialmente roedores, cerdos, conejos, vacas y primates)  y que sube en especial la cifra de peces, cefalópodos, anfibios, réptiles y aves de corral utilizados. Preocupantes son también las cifras de procedencia de dichos animales torturados aún en pleno siglo XXI a pesar de la evidencia científica reiterada y de los métodos alternativos validados existentes. Durante el último ejercicio, en este sentido, aumentaron en 15.178 los animales procedentes de establecimientos no registrados. Y lo hicieron de 3 a 328 los nacidos en recintos de fuera de la Unión Europea, que quedan habitualmente regulados por legislaciones mucho menos exigentes.

Hay que especificar que los datos del informe, que habrá que comparar ahora con los equivalentes publicados de otros países europeos, se basan en el número total de experimentos y no en el número total de animales utilizados. Significa que existen animales que repiten y que se contabilizan como “reutilizados”, aunque no se especifica el número de veces que lo han sido, por lo cual es imposible hacer el cálculo total de individuos involucrados. Recalcar que sigue sin haber constancia alguna de inversión por parte del estado español, para investigar e incentivar los métodos alternativos.