Banco pionero de organoides para reducir la experimentación con animales

El proyecto FARMBANK impulsa la investigación alternativa con la creación del primer almacén a nivel estatal de tejidos de especies de granja.

25 mayo 2023

Los experimentos con los animales siguen siendo numerosos en España. Según el último “Informe sobre usos de animales en experimentación y otros fines científicos, incluyendo la docencia”, documento que cada año elabora el MAPA (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación), en el global del estado tuvieron lugar en 2021, 1.289.315 ensayos. De estos, un 9,5% (122.881) involucraron a especies de granja. Más concretamente se realizaron 9.669 pruebas en cerdos, 2.062 en vacas, 1.692 en ovejas, 159 en cabras, 303 en équidos y 108.996 en aves de corral.   

Invertir esta tendencia es tan solo una cuestión de tiempo. Los organoides humanos, células extraídas de pacientes vivos que abren una enorme puerta hacia la medicina personalizada, ya se han empleado en diferentes ocasiones. Ahora es un nuevo proyecto, FARMBANK, el que acerca por primera vez la inercia a la investigación veterinaria.

¿Qué es el proyecto FARMBANK?

Hace tiempo que en el CRESA (Centre de Recerca en Sanitat Animal), un departamento del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA), empresa pública creada por la Generalitat de Catalunya hace 38 años, se viene desarrollando una  línea de organoides que deriva de los cerdos. Los progresos en este sentido, fuertes en países como puedan ser Holanda, Reino Unido o Alemania, ya se estaban implantando con la voluntad de hacerse más robustos. Sin embargo son campañas que requieren de inversión para desarrollarse plenamente. Un dinero que ha llegado finalmente de la mano del Ministerio de Ciencia e Innovación y de los fondos europeos Next Generation. La ética y conciencia que se extiende entre los ciudadanos y una creciente necesidad científica de nuevos métodos alternativos, ha acabado culminando con la aprobación de dicha iniciativa. FARMBANK es pues un gran plan a largo plazo, ubicado en el Campus de Bellaterra, en Barcelona, (la sede del CRESA), en que participan asimismo el Irsi Caixa (un consorcio de investigación creado en 1981), el Barcelona Supercomputing Center y la empresa madrileña que trabaja con aplicaciones de biotecnología Pharma Mar.  

Iniciativa pionera

No existía hasta ahora ningún banco de organoides semejante. Este va a ser el primero que trabaje con minitejidos provenientes de animales destinados a la cría. El equipo de investigadores elabora en un primer estadio modelos diversos provenientes de aves de corral y cerdos. En concreto están reproduciéndose las estructuras que comprenden el sistema digestivo, el pulmonar y las vías respiratorias (cavidad nasal), los lugares por los cuales entran y en los que se ubican los patógenos que quieren estudiarse. Se prevé en una segunda fase ensanchar el espectro a los rumiantes, aunque la continuidad del plan queda sujeto a nuevas fuentes de financiación.

El objeto principal de este biobanco es dar servicio a la investigación sobre el comportamiento de algunas enfermedades que de forma muy común afectan a las especies descritas, dolencias en auge como son la gripe aviar o la peste porcina. De otro lado ahondar en las zoonosis, afecciones que pueden saltar de animales a humanos, caso de los coronavirus recientes (MERS o SARS-CoV-2). Los modelos servirán también para probar nuevos remedios e indagar en la reacción que los distintos virus desarrollen ante varios tratamientos. La intención es que estas estructuras conservadas en mixturas químicas que actúan como congelantes, queden ya guardadas de por vida y sirvan no tan solo al personal del CRESA sino a todos los científicos que lo requieran. 

¿Cómo funcionan los organoides?

Los mini-órganos o en este caso los mini-tejidos, son como indica su nombre, cuerpos muy poco visibles, a pequeña escala, que imitan y reproducen el funcionamiento de este tipo de sistemas en los seres vivos. Se elaboran a partir de biopsias, que son extracciones celulares de pacientes, bien humanos, o bien como en este caso, de animales. Las células madre, las que son capaces de engendrar a otras para cualquier parte y órgano del cuerpo, son “formateadas” a través de factores de crecimiento para originar las celdas específicas del tejido que se requiere. Son dispuestas en cultivos acondicionados con nutrientes y temperatura deseada, y ellas mismas se organizan, a partir de ahí, como lo harían dentro de un ser vivo. Su ventaja es la gran versatilidad que ofrecen para probar repetidamente en ellas fármacos u observar el comportamiento de un patógeno. Su principal traba es que son caras, no más que la experimentación con animales, y que carecen aún de una visión global de la reacción inmunitaria. Un factor que queda ya resuelto con los existentes órganos en chip, placas muy pequeñas que conectan diferentes organoides por medio de un fluido que imita a la perfección la sangre humana. Se trata no obstante de artilugios todavía escasos en España.    

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