España es el tercer país de la UE que más experimenta con animales

23 octubre 2020

  • Entre 2015 y 2019 se han llevado a cabo más de 9 millones de experimentos con decenas de especies en la Unión Europea
  • Los expertos afirman que los avances en métodos alternativos permitirán terminar con esta práctica tarde o temprano.

“La experimentación con animales va a ir desapareciendo poco a poco”. Drástica y segura, Carmen Méndez, la presidenta y portavoz de la Asociación de Defensa de Derechos Animales (ADDA), vislumbra el final de la práctica más pronto que tarde y “por una razón muy sencilla”, tal y como afirma ella misma al otro lado del teléfono: “Ya no es por la moral ni por acabar con el sufrimiento animal… Es que ni siquiera es un método efectivo”. No obstante, España realizó en 2018 hasta 836.096 experimentos con animales. Son más que los que se contaron en 2017, cuando se llevaron a cabo 725.833, una cifra que le valió el tercer puesto en la lista de los países de la Unión Europea que más lo hacen, solo por detrás de Alemania y Francia, en cuyos laboratorios se producen 1,8 millones.

No se trata, sin embargo, de un podio meritorio o gratificante. El 22 de diciembre de 2010, la Unión Europea emitió una Directiva —la 22/63/2010— en la que alentaba a los países miembros de forma muy reiterada a que dedicasen medios a la búsqueda y la aplicación de “métodos alternativos de experimentación” y aunque entre 2015 y 2017 en la UE se experimentó con animales en más de 9 millones de ocasiones, la presidenta de ADDA celebra que “la situación es mucho mejor ahora que hace veinte o treinta años”. Sobre todo, insiste en que “es natural que progresivamente se vaya reduciendo”, habida cuenta de que se ha demostrado que la experimentación con animales “no es efectiva para poner solución a las enfermedades de los humanos”. Una rata no es un humano de 75 kg, resuelve.

Su postura se ampara en un estudio del grupo alemán Doctors Against Animal Experiments que afirma que “más del 90% de los medicamentos que resultan efectivos en animales fracasan en las fases clínicas posteriores en los humanos”. Tal y como reza el estudio, en muchas ocasiones los medicamentos que sí han funcionado con ratones, perros, vacas o cerdos no son útiles para los humanos porque “simplemente no generan la reacción esperada o provocan efectos secundarios”. Aunque hay países que encabezan la lucha contra esta especie de maltrato animal, Méndez evita señalar a uno en concreto en el que pudiera reflejarse España para avanzar en el cese de la actividad —”lo que hay que hacer es trabajar en la dirección que señala Europa e invertir en I+D+I para hallar métodos alternativos”—. De todos modos, sí elogia el caso de Holanda, un país que se ha comprometido a prohibir, en los próximos años, prácticamente toda experimentación animal.

El futuro pasa por los ‘organoides’

Europa apunta con el dedo a las alternativas que pueden poner solución al sufrimiento animal que provocan dichas prácticas, que todavía en la actualidad son el pan de cada día en industrias como la farmacológica, la médica, la cosmética, la armamentística o la biogenética. Por el momento, el camino que, según los expertos consultados, se descubre como el más prometedor pasa por la creación de una suerte de órganos en miniatura denominados organoides que se generan a partir de células madre. Sustituir los animales por elementos artificiales “no solo sería positivo moralmente”, desliza la portavoz de ADDA, que cree que si fuera simplemente por ayudar a los animales nadie movería un dedo, “sino que también sería más efectivo”. Hasta ahora, continúa, “hemos perdido la oportunidad de poner solución a muchas enfermedades por confiar en un método, el de la experimentación animal, que se ha demostrado erróneo”.

El animal de laboratorio por excelencia

Pero entretanto, mientras los distintos países no dan los pasos definitivos y por mucho que el estado de la cuestión sea el mejor en mucho tiempo, un gran número de ejemplares continúa padeciendo y muriendo en todo el mundo y, en concreto, en España. El 5,13% de los procedimientos que se aplican a los animales, sin ir más lejos, son tan duros que no permiten su recuperación, es decir, que los llevan a la muerte. Un 8,21%, por otra parte, son severos; un 34,97%, moderados y algo más de un 50% son leves. Por situar un poco los datos, algo más del 65% de las pruebas en nuestro país se realizan con ratones, el animal de laboratorio por excelencia, aunque Méndez aclara que se utilizan “muchas más especies”. En el informe que elaboró el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación con datos del 2017 aparecen hasta 37, entre ellas los perros, gatos, cerdos, vacas o cabras.

Carmen Méndez no echa las campanas al vuelo, porque “por mucho que hayamos avanzado en estos últimos años”, la experimentación con animales todavía es una realidad. Al Gobierno le pide más recursos destinados a la investigación y a la formación de nuevos investigadores, pero es cierto que una de las cosas que más le preocupan, desliza como colofón, “son los lobbies”, unos grupos de poder que, según afirma, podrían retrasar el cambio.

Fuente de información: INFOLIBRE

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La “Estrategia de Químicos, ECHA”, de la UE, implica hacer ensayos con animales en detrimento del reglamento REACH

La nueva estrategia europea de químicos para la sostenibilidad no recoge ningún compromiso para poner fin a la experimentación con animales.

19 octubre 2020

Es reciente. Vio la luz el pasado 14 de octubre y es la hoja de ruta a seguir en materia de registro, evaluación y comercialización de sustancias químicas dentro de la Unión Europea. La nueva Estrategia de Químicos para la Sostenibilidad (EU Chemicals Strategy for Sustainability) es un acuerdo enmarcado dentro del Plan “Green Deal” adoptado en 2019 y que pretende acabar antes de 2050, por ejemplo, con la emisión de gases de efecto invernadero o con la polución del aire. La estrategia mencionada tiene que llevarla a cabo la ECHA, la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos, que es la que controla la materia desde la entrada en vigor del Reglamento REACH (1907/2006 de 18 de diciembre de 2006). Dicho reglamento establece muy claramente en su artículo 25 la siguiente consideración: “Con el fin de evitar los ensayos con animales, para los fines del presente Reglamento se realizarán ensayos con animales vertebrados sólo como último recurso. También es necesario tomar medidas para limitar la duplicación de otros ensayos”.

Pues bien, en la nueva estrategia no hay mención alguna ni plan concreto para lograr ese objetivo, como así Cruelty Free Europe, lobby europeo que lucha para poner fin a la experimentación con animales, del cual Ong ADDA forma parte, ha venido reclamando con insistencia a los responsables políticos. El nuevo texto sólo menciona que los animales “son aún usados sistemáticamente para hacer pruebas en el campo de la química en Europa”. Y no establece ningún compromiso más allá del genérico:  “fomentar la investigación, las innovaciones digitales y la capacidad de análisis de datos para sustituir los experimentos con animales”.

Los últimos datos de 2018 indican que en Europa, a pesar de las intenciones que claramente exponen los distintos reglamentos en vigor, los animales usados para la experimentación en materia de químicos seguían creciendo. 2,2 millones fueron sometidos en concreto a las torturas que suponen las pruebas para permitir a las empresas inscribir nuevos materiales o mezclas de ellos en el registro oficial REACH.

Katy Taylor, Directora de Ciencia de Cruelty Free Europe, lamenta este nuevo retroceso: “La financiación destinada a alternativas por la Comisión Europea y la ECHA es insignificante y la incorporación formal de nuevos métodos inaceptablemente lenta. Si no se hace nada para fomentar la inversión, la nueva estrategia de químicos comportará, de nuevo, la muerte y el sufrimiento de millones de animales.” Y constata así mismo, el incumplimiento de las expectativas. “Espérabamos que esta, como pilar central del plan de sostenibilidad de la Unión Europea, hubiera sido una estrategia proactiva y ambiciosa para alejarse de la experimentación con animales. Lamentablemente no hay señales de eso”.

La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, en comparación, sí ha dado, recientemente, un paso adelante del que ahora se aleja Europa. Se trata de la publicación de un nuevo reglamento que permite a los investigadores renunciar a probar productos químicos en la piel de los animales en determinadas circunstancias.

Los experimentos con animales y la COVID-19

Introducción

Investigadores de todo el mundo están compitiendo por probar una posible vacuna contra el nuevo coronavirus o COVID-19, que en el mes de junio del 2020 ya había infectado a 7,2 millones de personas en todo el mundo y matado a más de 408 000.[1]

Lamentablemente, este proceso implica una cantidad significativa de pruebas con animales que se llevan a cabo en una variedad de especies, incluidos ratones, ratas, hámsteres, gatos, conejillos de indias, hurones y primates. A medida que los investigadores y los países compiten por conseguir una vacuna o un tratamiento, se pueden seguir repitiendo las mismas pruebas o similares en animales, lo que provoca un incremento de sufrimiento.

Existe el riesgo real de que, en lugar de ayudarnos, estos ensayos basados en animales induzcan a error a los investigadores: buenas vacunas o tratamientos pueden ser descartados por ineficaces mientras que otras vacunas potencialmente dañinas pero respaldadas por ensayos con animales poco fiables pueden pasar a los ensayos en humanos.

Ahora, tal vez más que nunca, resulta de vital importancia que consideremos la calidad y la humanidad de nuestra ciencia y continuar trabajando para progresar en el desarrollo de métodos más avanzados y sin animales.

Deseamos disponer de una vacuna segura y rápida para la COVID-19 utilizando métodos científicos alternativos, que estén directamente relacionados con la enfermedad de los humanos y que puedan suministrar al mercado vacunas y tratamientos más seguros y eficaces. Para ello, es necesaria la coordinación global, regional y nacional, así como una mayor financiación y apoyo en relación con estos métodos.


¿Cuál es la situación actual con una vacuna contra la COVID-19?

La secuencia genética del SARS-COV-2, el nuevo coronavirus que causa COVID-19, se publicó por primera vez el 11 de enero de 2020[2]. Actualmente se están desarrollando más de 130 vacunas potenciales contra la COVID-19 en todo el mundo[3]. La mayoría de estas vacunas se encuentran en las primeras etapas de las pruebas, que normalmente involucran a los animales.

Hasta la fecha, diez de estas vacunas se están probando actualmente en seres humanos: cinco fabricadas en China, tres en Estados Unidos, una en el Reino Unido y otra en Alemania, y otros países pronto los seguirán.

Algunas de las vacunas más prometedoras se han desarrollado utilizando una tecnología que nunca antes había sido utilizada en una vacuna aprobada.

Por ejemplo, una de las pioneras es la empresa estadounidense Moderna, cuya vacuna aparentemente ha sido capaz de saltarse algunos de los ensayos habituales en animales y pasar rápidamente a los ensayos en humanos debido a la nueva forma en que se ha producido. En lugar del método tradicional de inyectar a las personas una versión inactivada o debilitada de un virus, los científicos de Moderna han descubierto una manera de diseñar e inyectar las instrucciones moleculares necesarias para hacer que la proteína que se encuentra en la superficie del virus se introduzca directamente en el cuerpo humano[4]. Esto desencadena una respuesta inmune similar a las vacunas tradicionales, siendo potencialmente más segura y también evitando el costoso y largo proceso de producción. La vacuna mRNA-1273 de Moderna fue la primera en comenzar los ensayos en humanos de fase 1 el 16 de marzo de 2020, aparentemente después de un solo ensayo en ratones que recibieron una vacuna experimental para el MERS (un coronavirus relacionado) que se produjo de la misma manera[5] .

La vacuna de la Universidad de Oxford, originalmente llamada ChAdOx-1-S, también es una de las favoritas después de mostrar resultados prometedores en los ensayos con monos. La vacuna está hecha de una versión debilitada de otro virus (adenovirus) que causa síntomas de resfriado y gripe en los chimpancés[6]. Recibió 90 millones de libras esterlinas de fondos del Gobierno y ahora se encuentra en ensayos clínicos de fase 1[7]. AstraZeneca anunció recientemente un acuerdo de 1200 millones de dólares con el Gobierno de Estados Unidos para producir 400 millones de dosis de la vacuna, ahora renombrada AZD1222, si resulta efectiva[8] .

Otros de los principales competidores son dos vacunas de las empresas chinas CanSino Biological y SinoVac, las cuales están siendo sometidas a pruebas en humanos después de los resultados prometedores en un estudio humano de fase 1 y un estudio de monos, respectivamente (ver más abajo)[9] .

Muchos expertos han afirmado que una vacuna tardará entre 12 y 18 meses en desarrollarse y, por lo tanto, se podría esperar que esté disponible en algún momento de 2021[10]. Sin embargo, la historia nos dice que esto es poco probable. Generalmente, una vacuna tarda un promedio de entre 15 y 20 años en pasar de una idea a un producto aprobado[11]. La vacuna más rápida jamás desarrollada fue para las paperas, con la que tardaron cuatro años[12]. Incluso con los programas de desarrollo acelerado (como lo que estamos viendo ahora), acaba de ser aprobada en diciembre de 2019 por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus datos) una vacuna contra el ébola cinco años después del brote de 2014[13].

Lamentablemente, no hay garantías de llegar a conseguir una vacuna para la COVID-19. El virus del dengue se identificó en 1943, pero la primera vacuna fue aprobada en 2019[14]. Y, a pesar de décadas de ensayos, todavía no tenemos vacuna contra el VIH como tampoco hay una vacuna aprobada para otros brotes recientes como el MERS y el SARS (ambos también coronavirus), y tampoco para el zika.

Solo alrededor del 6 % de las potenciales vacunas llegan al mercado[15]. Los fallos generalmente son debidos a problemas de seguridad o simplemente porque la vacuna no funcionó en los humanos. Por ejemplo, en un ensayo humano se encontró que una vacuna contra el virus respiratorio SARS hacía que las personas fueran aún más susceptibles a la enfermedad[16].

Existe también la preocupación de que, con una posible disminución de casos de COVID-19 no hubiera la cantidad suficiente de personas en las que probar la vacuna[17]. Por ejemplo, a pesar de los grandes esfuerzos y fondos económicos para desarrollar vacunas para el MERS y el SARS al principio de sus epidemias, se perdió el impulso a medida que los brotes disminuyeron, y los ensayos de vacunas fueron finalmente abandonados[18].

¿Qué pruebas con animales se están realizando?

Resulta preocupante la cantidad de ensayos con animales que se están realizando en todo el mundo: en EE. UU., China, Canadá, Australia y en toda Europa, con monos, hámsteres, hurones, ratones y gatos.

Es imposible dar cifras sobre el número de animales que se están utilizando porque estos no se publican regularmente, y ciertamente no en relación con la COVID-19. Sin embargo, la investigación de Cruelty Free International acaba de demostrar que anualmente se utilizan en pruebas casi 200 millones de animales en todo el mundo, incluyendo 207 724 pruebas con perros y 158 780 con monos[19].

Se están utilizando animales en ensayos reglamentarios para ver si las nuevas vacunas para la COVID-19 son seguras. En estos ensayos, a los animales se les inyecta —o son obligados a inhalar— la vacuna, casi siempre en dosis muy superiores a las que los seres humanos se les administraría, observando si enferman entre los 28 y 90 días antes de matarlos, para examinar los daños causados en sus órganos.

También se realizan ensayos para ver si la vacuna funciona, es decir, si se puede prevenir o reducir la infección. En estas pruebas, se vacuna a los animales y luego se les infecta con el virus COVID-19. Veamos un ejemplo.

Estudio de la vacuna Oxford (Reino Unido)[20]

Se inyectó la vacuna a seis macacos Rhesus antes de ser expuestos al virus COVID-19. Otro grupo de control de tres monos sin vacunar también estuvo expuesto al virus. Todos ellos fueron monitoreados durante 7 días en busca de signos de infección antes de ser matados y diseccionados.

Al final del estudio, los nueve monos dieron positivo con relación al virus, significando que la vacuna no pudo evitar que los animales vacunados se infectaran y, por lo tanto, no sería probable que pudieran detener la propagación a otros. Tres de los monos vacunados y también el resto de los monos de control sufrieron alteraciones respiratorias debido a la infección. No obstante, dado que se encontró que los monos vacunados presentaban síntomas menos graves en general, como por ejemplo, ningún signo de neumonía, la vacuna pasó a los ensayos en humanos4.

Sinovac Biotech (China): estudio de la vacuna[21]

Se inyectaron dos dosis diferentes de la vacuna a diez macacos Rhesus tres veces durante un período de dos semanas. Luego el virus COVID-19 se inyectó directamente en sus pulmones a través de un tubo por la tráquea. Otro grupo de control de cinco macacos no vacunados también fue infectado con el virus.

Siete días después, fueron sacrificados y diseccionados. Todos los monos no vacunados desarrollaron una neumonía grave antes de esto. Si bien no se detectó ningún virus en los órganos de los monos a los que se les administró la dosis más alta de la vacuna, los que fueron vacunados con una dosis más baja sí que mostraron algunos signos de infección. No obstante, los investigadores se refirieron a esto como un blip viral (aumento transitorio de la carga viral), trasladando la vacuna a los ensayos en humanos.

Además del desarrollo de vacunas, los animales también se están utilizando en experimentos de posibles tratamientos de anticuerpos y antivirales para las personas infectadas con la Covid-19, y en proyectos de investigación básica destinados a encontrar las especies más susceptibles (que puedan utilizarse en futuras investigaciones o pruebas reglamentarias) o para tratar de entender cómo el virus causa la infección.

Asimismo, se están estudiando los medicamentos existentes para ver si pueden ser reutilizados como tratamientos en los pacientes de la COVID-19. Aunque muchos de estos fármacos, incluida la hidroxicloroquina contra la malaria, ya habían pasado con anterioridad las pruebas de seguridad en ensayos con animales, pueden volver a realizarse pruebas adicionales para tratar de demostrar que estos fármacos resultan aptos para tratar la COVID-19[22].

Científicos en China también llevaron a cabo una serie de experimentos en perros, gatos, hurones, patos, cerdos y pollos para determinar qué especies podrían estar infectadas con COVID-19[23].

La mayoría de los experimentos consistieron en inyectar el virus en las fosas nasales de los animales y mantenerlos aislados en jaulas para tomar muestras nasales y rectales antes de matarlos y diseccionarlos. Concluyeron que los hurones y los gatos son los más susceptibles al virus de la COVID-19, aunque no desarrollan los mismos síntomas que los humanos, mientras que los perros, cerdos, patos y pollos no se infectan fácilmente con el virus.

Otro grupo de investigadores chinos infectó a los hámsteres con COVID-19, informando que desarrollaron signos de la enfermedad, incluida la pérdida de peso y la respiración acelerada[24].

Una compañía con sede en EE. UU. llamada Emergent BioSolutions está utilizando caballos para producir un fármaco a base de anticuerpos para tratar la COVID-19[25]. Debido a su tamaño, los caballos se utilizan a menudo como fábricas de plasma y anticuerpos, y son desangrados regularmente para este propósito5.

¿Cuáles son los problemas científicos con la utilización de animales para la investigación de la COVID-19?

La historia nos ha demostrado que las pruebas en animales no predicen lo que sucederá en los seres humanos. Los animales no son minihumanos: a menudo, no sufren la misma enfermedad que nosotros y responden de manera diferente a los fármacos.

Más del 90 % de los nuevos medicamentos que parecen ser seguros y eficaces en animales fracasan en los ensayos clínicos en humanos[26]. También hay evidencias específicas con las vacunas. Se está buscando una vacuna contra el VIH/sida desde hace más de tres décadas, sin éxito hasta la fecha, a pesar de realizarse cientos de ensayos clínicos sobre docenas de tipos de vacunas que parecían ser prometedoras en los primates.

Los investigadores de todo el mundo están luchando para encontrar el modelo animal perfecto de COVID-19, pero aún no lo han encontrado. Los típicos animales de laboratorio, como ratones, ratas y perros, no son tan susceptibles al virus como los humanos. Incluso los monos, considerados la especie más similar a nosotros, no desarrollan los síntomas más graves que la COVID-19 causa en los seres humanos[27]. Sin embargo, se continúan utilizando animales a pesar de no poder proporcionar respuestas claras.

Los ratones modificados genéticamente que prometían ser la solución no han tenido ningún efecto hasta ahora. Cuando los ratones no modificados genéticamente fueron infectados con la COVID-19, no sucedió nada (resultaban difíciles de infectar con éxito), por lo que algunos científicos recurrieron al antiguo modelo de ratón modificado genéticamente creado años atrás cuando se produjo el brote de SARS: lo criaron en gran número con la esperanza de que resultaran útiles después de realizar algunos ajustes genéticos[28]. Sin embargo, la COVID-19 solo provocó enfermedades leves en esos ratones.

Cabe señalar que ninguno de los pioneros en la carrera de vacunas contra la COVID-19 ha superado las primeras etapas de ensayos con gran éxito. Como se ha mencionado anteriormente, la vacuna Oxford no pudo prevenir la infección en monos, aunque sí redujo el desarrollo de síntomas graves, y la vacuna Sinovac tan solo proporcionó una protección parcial en monos después de ser probada en ratones y ratas. Incluso la vacuna Moderna provocó reacciones negativas secundarias en los voluntarios humanos durante los ensayos en fase 1, incluidas náuseas y fiebre alta[29], mientras que la vacuna de CanSino causó fiebre grave en el 8 % de sus participantes en el ensayo[30].

Todo esto plantea la cuestión de si los animales son realmente útiles para ofrecer información en el desarrollo de vacunas (y otros medicamentos), especialmente en situaciones en las que, a pesar de los resultados decepcionantes o ambiguos de los ensayos con animales, se continúa con la fase siguiente de ensayos en humanos. Posiblemente los investigadores, dependiendo de la situación, parecen elegir en qué datos quieren centrarse y qué prefieren ignorar. De hecho, un reciente taller sobre COVID-19, celebrado por la Coalición Internacional de Autoridades Reguladoras de Medicamentos (ICMRA), concluyó que las pruebas de eficacia en «modelos de animal» (en que los animales son infectados con el virus después de ser vacunados para averiguar si la vacuna funciona) no son realmente necesarias para pasar a la fase de los ensayos en humanos[31]. ¡Sin embargo, todavía continúan llevándose a cabo!6

¿Cuáles son las alternativas al uso de animales?

Reemplazar las pruebas en animales no significa poner en riesgo a los pacientes humanos. Tampoco significa detener el progreso de la medicina. En cambio, reemplazar las pruebas con animales mejoraría la calidad y la humanidad de nuestra ciencia.

Afortunadamente, el desarrollo de métodos alternativos está creciendo. Debido a las innovaciones de la ciencia, las pruebas en animales ya están siendo reemplazadas en áreas como las pruebas de toxicidad y el desarrollo de fármacos. Pero queda mucho por hacer.

Las razones por las que persiste la experimentación en animales con frecuencia no son científicas. En cambio, sí que pueden ser debidas al conservadurismo existente dentro de la comunidad científica: resulta más fácil y más cómodo seguir haciendo lo que siempre se ha hecho. Los resultados de las pruebas en animales son fáciles y cómodos de comparar con ensayos anteriores, dando sensación de seguridad a los investigadores. También permite a los organismos reguladores aplicar el criterio de llenar la casilla de verificación en los formularios, aunque se encuentre disociada de las necesidades del mundo real.

Tanto los organoides (pequeños órganos)[32] y los sistemas microfisiológicos[33], es decir, las tecnologías de cuerpo/órgano en chip, son métodos relevantes para el ser humano, que están proporcionando modelos más realistas para probar nuevas terapias. En la actualidad, ambos métodos se utilizan con células inmunitarias añadidas, resultando particularmente apropiado para el desarrollo de vacunas, y también puede exponerse a los anticuerpos, o al suero de personas infectadas o vacunadas para probar la eficacia.

Un equipo español ya ha demostrado que el SARS-COV-2 puede infectar los vasos sanguíneos humanos creados mediante ingeniería celular y los organoides renales, y que una enzima humana la puede inhibir, lo que promete un posible tratamiento[34].

Los ganglios linfáticos humanos artificiales cultivados en 3D[35] se han creado para modelar la inmunidad innata y adaptativa, y se han utilizado en la evaluación de las vacunas contra la gripe. También se ha desarrollado un modelo 3D de células de vías respiratorias humanas que se puede usar para evaluar el efecto de posibles fármacos en el sistema respiratorio humano.

Los estudios en voluntarios humanos sanos e infectados también son clave. Por ejemplo, los estudios en humanos han demostrado que las respuestas de anticuerpos a la infección por COVID-19 son a menudo débiles o disminuyen relativamente rápido, permitiendo la reinfección de un individuo previamente infectado[36]. Los estudios en humanos también mostraron que algunos de los anticuerpos contra el SARS previenen la infección, y algunos de estos reaccionan de forma cruzada a la COVID-19, lo cual resulta prometedor[37]. También se pueden usar cultivos de líquido pulmonar y muestras de biopsia de pacientes para estudiar el genoma del virus e investigar el daño del tejido pulmonar. Las vacunas pasivas también se están investigando, inyectando anticuerpos contra el virus en los pacientes, ya sea de los supervivientes de la COVID-19 o producidos in vitro (basada en células)[38].

Las técnicas avanzadas igualmente incluyen el modelo matemático de las tasas de transmisión e infección, que han demostrado ser vitales para nuestra comprensión y control de la pandemia. Los programas informáticos también se están utilizando para detectar posibles candidatos a vacunas y medicamentos en función de sus propiedades químicas y estructurales o similitud con las terapias existentes.

Para más información contactar con info@crueltyfreeeurope.org.

[1] worldometers.info/coronavirus/

[2] nature.com/articles/d41573-020-00073-5

[3] who.int/who-documents-detail-redirect/draft-landscape-of-cov­id-19-candidate-vaccines

[4] allianceforscience.cornell.edu/blog/2020/06/what-are-the-top-5-most-promising-covid-19-vaccine-candidates/

[5] livescience.com/coronavirus-vaccine-trial-no-animal-testing.html

[6] news.sky.com/story/coronavirus-disappearing-so-fast-oxford-vaccine-has-only-50-chance-of-working-11993739

[7] dailymail.co.uk/sciencetech/article-8331709/Oxford-coronavi­rus-vaccine-does-not-stop-infection-experts-warn.html

[8] telegraph.co.uk/global-health/science-and-disease/cov­id-19-vaccine-latest-coronavirus-news-clinical-trial-update/

[9] nytimes.com/2020/04/27/world/europe/coronavirus-vac­cine-update-oxford.html

[10] telegraph.co.uk/global-health/science-and-disease/ox­ford-university-coronavirus-vaccine/

[11] businessinsider.com/coronavirus-vaccine-quest-18-months-fauci-experts-flag-dangers-testing-2020-4?r=US&IR=T

[12] theguardian.com/world/2020/may/22/why-we-might-not-get-a-coronavirus-vaccine

[13] Ibid 11.

[14] Ibid 12.

[15] journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0057755

[16] https://www.medicalnewstoday.com/articles/scientist-warns-against-fast-tracking-covid-19-vaccine-trials#1-

[17] Ibid 6.

[18] Ibid 11.

[19] pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32090616/

[20] biorxiv.org/content/10.1101/2020.05.13.093195v1

[21]

[22] sciencemag.org/content/early/2020/05/06/science.abc1932

[23] contagionlive.com/news/20-drugs-evaluated-for-repur­pose-against-covid19-in-preclinical-testing-

[24] sciencemag.org/content/368/6494/1016

[25] sciencemag.org/news/2020/04/mice-hamsters-ferrets-mon­keys-which-lab-animals-can-help-defeat-new-coronavirus

[26] qz.com/1837094/how-lab-animals-are-helping-scientists-fight-covid-19/bio.org/sites/default/files/Clinical%20Develop­ment%20Success%20Rates%202006-2015%20-%20BIO,%20Biomedtracker,%20Amplion%202016.pdf

[27] sciencemag.org/news/2020/04/covid-19-vaccine-pro­tects-monkeys-new-coronavirus-chinese-biotech-reports

[28] Ibid 25.

[29] https://www.reuters.com/article/us-health-coronavi­rus-moderna/moderna-phase-1-results-show-coronavirus-vac­cine-safe-induces-immune-response-idUSKCN24F2SW

[30] https://www.businessinsider.com/china-says-coronavirus-vac­cine-is-a-global-public-good-2020-6

[31] ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7245508/

[32] ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5723307/

[33] sciencedirect.com/science/article/pii/S1359644618301582

[34] sciencedirect.com/science/article/pii/S0092867420303998

[35] sciencedirect.com/science/article/pii/S0168165610001082

[36] pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29182718/

[37] news-medical.net/news/20200504/Human-endemic-corona­virus-reinfection-possible-after-recovery.aspx

[38] biorxiv.org/content/10.1101/2020.05.14.095414v1.full.pdf

[39] sciencedaily.com/releases/2020/05/200512133753.htm

Cuatro proyectos científicos sobre el virus COVID-19 que experimentan sin animales

La ONG de Londres ANIMALFREE RESEARCH, en colaboración con la empresa de biotecnología, también británica, Kirkstall ltd., lanzó en mayo 2020 una convocatoria general para presentar propuestas con el fin de impulsar la nueva tecnología de órganos en chip.

28 agosto 2020

J. G.- El objetivo final sigue firme. Avanzar hacia una ciencia más fiable, rigurosa y libre de todo sufrimiento animal innecesario. Cincuenta años de trabajo avalan la trayectoria de Animal Free Research, una organización con sede en Londres que debe insistir una vez más ante la inercia enfermiza de la comunidad científica:

La investigación tradicional con animales no ha logrado dar a los científicos las respuestas que necesitan para tratar enfermedades humanas. La situación actual de pandemia pone de relieve la imperiosa necesidad de sustituir el tiempo y el dinero que se invierte en una investigación engañosa por unas técnicas mucho más precisas basadas en la biología humana y en las nuevas tecnologías.”

En colaboración con la biotecnológica Kirkstall Ltd., fundada en 2006 en Rotherham (Sheffield), se lanzó un concurso donde diversas empresas presentaron sus proyectos para avanzar hacia una ciencia 100% respetuosa y extrapolable. Cuatro de esos equipos de investigación, tres del Reino Unido y uno de Estados Unidos, han recibido finalmente una subvención. Resumimos a continuación los objetivos principales de cada uno de esos trabajos, que tienen en común el ensayo de una metodología más precisa y la profundización sobre la naturaleza y las consecuencias de la nueva enfermedad, COVID-19, que se ha extendido a nivel mundial.

IMPERIAL COLLEGE LONDRES (Dra. Carolina Herrera)

  A través del sistema de órganos en chip se induce a las células una infección por SARS-CoV-2. Se detecta así como actúa el virus al entrar en el sistema respiratorio. Se contabilizan las células afectadas y se observa cómo reaccionan a partir de aquí, los glóbulos rojos y las defensas que circulan hacia el resto del cuerpo. En este proyecto, que sustituye la experimentación en monos, hámsters y hurones, se intenta también encontrar alguna medicina eficaz para combatir esos primeros síntomas de inflamación.

UNIVERSIDAD DE COVENTRY (Dr. Mark Turner)

A través del sistema Quasi Vivo, que reúne en miniatura diferentes órganos como si de un cuerpo humano se tratara, se investiga la correlación entre obesidad o Diabetes tipo 2 y enfermedades. Se sabe que una persona obesa es más propensa a enfermar y a padecer afectaciones víricas, pero hace falta saber exactamente por qué. Por medio de este método, que sustituye tradicionales experimentos con ratas, ratones y monos, se observa el comportamiento sistémico de un cuerpo obeso y su reacción al entrar en contacto con el nuevo virus SARS-CoV-2. 

JOHN HOPKINS SCHOOL OF PUBLIC HEALTH (BALTIMORE, EU, Dr. Baishakhi Ghosh).

La COVID 19 afecta especialmente al sistema respiratorio y es evidente que los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar infecciones víricas. Se quiere observar aquí por medio de la recreación de un tejido humano, cómo afecta la inhalación de cigarrillos al pulmón y en qué grado este hecho predispone a la persona en cuestión a padecer una infección más grave por causa del SARS-CoV-2 en concreto, o de cualquier otro patógeno. Estas pruebas, o mejor dicho, torturas, son generalmente realizadas en monos.

LIVERPOOL SCHOOL OF TROPICAL MEDICINE (Dra. Samantha Donnellan).

En este proyecto se desarrolla un modelo 3D para poder seguir una co-infección por dos patógenos que son transportados a través del aire: la tuberculosis y el SARS-CoV-2. Con este nuevo método se busca investigar más a fondo qué ocurre en el cuerpo humano durante la entrada conjunta de esa bacteria y de ese virus. El objetivo es que una vez establecido el patrón, el modelo pueda ser utilizado para estudiar otras enfermedades y buscar nuevos medicamentos para combatirlas. Esta técnica innovadora sustituye las pruebas que día a día infligen en laboratorios de todo el mundo un sufrimiento cruel e innecesario a miles de ratas y monos.

Un 71% de los españoles está en contra de que se experimente con animales en la ciencia y llaman al cambio

17 julio 2020

Un 71% de los españoles encuestados para el estudio ‘Cruelty Free Europe’, un lobby de presión europeo en contra de la experimentación con animales, está en contra de que se siga experimentando con animales en la ciencia y llaman a los políticos a que pongan entre sus prioridades un cambio en este sentido y a tomr medidas y objetivos con el fin de acabar con esta práctica.

El estudio fue realizado vía internet por la consultoría británica’ Savant ComRes’ entre el 9 y el 19 de junio y, según explica la organización, contó con la participación de un total de 5.653 adultos repartidos por doce estados miembros de la Unión Europea, entre ellos España.

Del documento se desprende que, el país está un punto por encima de la media europea (un 70%) en este pensamiento. No están tan igualdados los porcentajes, sin embargo, en otras cuestiones.

Así, un 69%, (cinco puntos por debajo de la media europea) de los españoles opina que los tests destinados a la venta de productos cosméticos son absolutamente inaceptables, más después del veto general a esta práctica alcanzado e integrado legalmente a partir del 11 de marzo de 2013 por la política comunitaria; y un 71% de los españoles (frente al 76% en el conjunto de la encuesta en Europa), considera que los experimentos destinados a la comercialización de productos de limpieza del hogar deberían ser expresamente prohibidos por la Unión.

España es, además, el país que menos está de acuerdo en que la UE invierta más recursos en desarrollar investigaciones y métodos alternativos, más fiables científicamente y exentos de todo maltrato. Por países, están a favor de esa cuestión un 85% de los encuestados en Portugal, un 84% en Croacia, un 80% en Polonia y Rumanía, un 79% en Italia, un 76% en Alemania, un 75% en Francia y un 72% en España.

INCUMPLIMIENTO DE LA DIRECTIVA EUROPEA

Un 71% de los españoles está en contra de que se experimente con animales en la ciencia y llaman al cambio

Desde la organización explican que, pese a la directiva europea vigente en relación a la protección de los animales utilizados para fines científicos, los últimos estudios demuestran que el maltrato y por lo tanto el incumplimiento en este ámbito sigue siendo muy marcado. El informe oficial más reciente elaborado por la Comisión Europea constata como, entre 2015 y 2017 tuvieron lugar en Europa un total de 30 millones de experimentos con animales supuestamente destinados a la investigación.

Todo ello a pesar de que se haya recalcado en distintos estudios y de manera reiterada que más del 90% de las sustancias testadas en animales no son válidas posteriormente, por toxicidad o ineficacia, cuando se prueban en humanos», explican los responsables del trabajo.

Para la directora de Ciencia de Cruelty Free Europe, Katy Taylor, «no es bueno que se siga insistiendo por defecto en las pruebas desactualizadas y poco fiables con animales en un intento de desarrollar tratamientos contra enfermedades humanas y protección contra productos químicos tóxicos para las personas y para el medio ambiente».

«La Unión Europea debe crear un marco que incentive nuevos y modernos enfoques sin animales y que resulten efectivos para la protección de sus ciudadanos y del medio ambiente», explica. A su juicio, los objetivos y plazos para eliminar las prácticas insostenibles y reemplazarlas por otras de mejores ya existen en algunas políticas de la Unión Europea, como es el caso de aquellas referentes a emisiones de carbono, residuos o reciclaje.

En Cruelty Free Europe participa la ONG española ADDA, cuya presidenta, Carmen Méndez, ha señalado que «España, como miembro de la Unión Europea, debe ser receptiva a los cambios de la sociedad y a los avances que ofrece la ciencia actual». Así, cree que el país «debe participar y contribuir en el desarrollo y la implementación de las técnicas alternativas que sustituyan los ineficaces y crueles experimentos con animales».

Fuente de información: Europa press -Ciencia Plus

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Los ciudadanos europeos se posicionan mayoritariamente en contra de la experimentación con animales

17 julio 2020

Una encuesta realizada por el grupo de presión Cruelty Free Europe en 12 países de la Unión muestra la predisposición de tres cuartas partes de los sondeados para pedir a la Comisión Europea un plan vinculante de medidas para la retirada gradual de todo tipo de tests con animales.

En España el 72% de la población encuestada cree que la Unión Europea debería invertir más en la investigación y en el fomento de los métodos de experimentación alternativos.

Es este el resultado de una encuesta ordenada por Cruelty Free Europe, un lobby de presión europeo en contra de la experimentación con animales del cual ONG ADDA forma parte. El estudio fue realizado vía internet por la consultoría británica Savant ComRes entre el 9 y el 19 de junio. Contó con la participación de un total de 5.653 adultos repartidos por doce estados miembros de la Unión Europea, entre ellos España.

Haciendo un promedio de todos los datos, el 70% del conjunto de los encuestados cree que los políticos europeos deberían establecer como prioridad la supresión de la experimentación con animales, y en consecuencia, adoptar medidas y objetivos vinculantes con plazos concretos para poner definitivamente fin a esta práctica.

La investigación en métodos alternativos, más fiables científicamente y exentos de todo maltrato, es otro apartado a considerar. Más de tres cuartas partes de las personas sondeadas creen que la Unión Europea debería invertir más recursos en su desarrollo. Por países y en concreto están a favor de esa cuestión un 85% de los encuestados en Portugal, un 84% en Croacia, un 80% en Polonia y Rumanía, un 79% en Italia, un 76% en Alemania, un 75% en Francia y un 72% en España.

En el caso concreto de España la concienciación a favor de una nueva ciencia libre de experimentos con animales es también alta aunque en algunos puntos porcentualmente menor. Por un lado y situándose un 1% por encima de la media continental, un 71% del censo en el estado cree necesarias medidas vinculantes y plazos concretos para poner fin a estos procedimientos. Un 69%, por otra parte (por un 74% de media europea), opina que los tests destinados a la venta de productos cosméticos son absolutamente inaceptables, más después del veto general a esta práctica alcanzado e integrado legalmente a partir del 11 de marzo de 2013 por la política comunitaria. Un 71% de los españoles, por último (76% en el conjunto de la encuesta en Europa), considera que los experimentos destinados a la comercialización de productos de limpieza del hogar deberían ser expresamente prohibidos por la Unión.

Debemos tener en cuenta que a pesar de algunas regulaciones y pese a la directiva europea vigente en relación a la protección de los animales utilizados para fines científicos (Directiva 2010/63 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 22 de septiembre de 2010) los últimos estudios demuestran que el maltrato y por lo tanto el incumplimiento en este ámbito sigue siendo muy marcado. El informe oficial más reciente elaborado por la Comisión Europea constata como, entre 2015 y 2017 tuvieron lugar en Europa un total de 30 millones de experimentos con animales supuestamente destinados a la investigación. Todo ello a pesar de que se haya recalcado en distintos estudios y de manera reiterada que más del 90% de las sustancias testadas en animales no son válidas posteriormente, por toxicidad o ineficacia, cuando se prueban en humanos.

Cruelty Free Europe presiona de manera especial en estos momentos los líderes europeos en el marco de las nuevas estrategias en sostenibilidad que deberían imponerse en el contexto de la crisis del Covid-19. Los insta a emprender políticas efectivas para poner fin a la experimentación con animales y a priorizar la financiación para la difusión de una ciencia más humana y efectiva, que permita a la Unión Europea convertirse en pionera a escala mundial en la investigación científica libre de maltrato.

DECLARACIONES Dra. Katy Taylor (Directora de Ciencia de Cruelty Free Europe):

«Simplemente no es lo suficientemente bueno que sigamos insistiendo por defecto en las pruebas desactualizadas y poco fiables con animales en nuestros intentos de desarrollar tratamientos contra enfermedades humanas y protección contra productos químicos tóxicos para las personas y para el medio ambiente».

«La Unión Europea debe crear un marco que incentive nuevos y modernos enfoques NO ANIMALES que resulten efectivos para la protección de sus ciudadanos y del medio ambiente. Los objetivos y plazos para eliminar las prácticas insostenibles y reemplazarlas por otras de mejores ya existen en algunas políticas de la Unión Europea, como es el caso de aquellas referentes a emisiones de carbono, residuos o reciclaje «.

«Los resultados de la encuesta demuestran que los ciudadanos de la Unión Europea están preparados para que la experimentación con animales se convierta en algo del pasado. Ahora corresponde a sus líderes escuchar y poner en marcha un plan que acabe con el cruel e innecesario sufrimiento de animales en Europa de una vez por todas «.

DECLARACIONES Sra. Carmen Méndez (Presidenta de ONG ADDA):

España, como miembro de la Unión Europea, debe ser receptiva a los cambios de la sociedad y a los avances que ofrece la ciencia actual. Debe participar y contribuir en el desarrollo y la implementación de las técnicas alternativas que sustituyan los ineficaces y crueles experimentos con animales” .

MUESTRA:

Savant ComRes ha encuestado 5.653 adultos de más de 18 años a través de internet entre el 9 y el 19 de junio de 2020. La muestra se reparte en 12 países europeos y ha tratado de ser representativa del tamaño y las condiciones demográficas específicas de los diferentes estados. En concreto se han encuestado por países 1.223 personas en Alemania, 1.071 en Francia, 891 en Italia, 680 en España, 560 en Polonia, 279 en Rumania, 250 en Holanda, 174 en Bélgica, 155 en la República Checa y en Portugal, 108 en Dinamarca y 107 en Croacia. Se ha prestado especial atención en tomar muestras de todos los perfiles de edad, sexo y territorios. Savant ComRes es miembro del British Polling Council y se rige por sus propias reglas.

400.000 ratones siguen muriendo cada año en Europa en los test letales de Botox

La ECEAE (Coalición Europea para poner fin a los Experimentos con Animales) representada en España por Ong ADDA, hace un llamamiento a presionar de manera especial la empresa suiza Sloan Pharma, que el 2019 realizó un mínimo de 46.800 tests.

Del 29 de junio al 4 de julio tendrá lugar por octavo año consecutivo en Europa una Semana de Acción para pedir la supresión total de estas crueles pruebas de toxicidad.

El Botox es el nombre común adaptado que recibe la toxina botulínica, un veneno producido por la bacteria Clostridium botulinum. Se trata de uno de los venenos naturales más poderosos, que puede desarrollarse en alimentos, especialmente carne, en mal estado, y que puede ser letal en el ser humano en muy bajas proporciones (70 picogramos). La también llamada «botulina» tiene la particularidad de inhibir la producción de acetilcolina, un neurotransmisor que se libera en la unión entre los nervios periféricos y los músculos y que posibilita la contracción muscular. Precisamente por este grave efecto disruptor nervioso ha sido estudiada y es prohibida por la Convención de Ginebra como arma química de destrucción masiva, y es empleada desde 1977 también con fines clínicos. En un 57% de los casos es usada para tratar afecciones nerviosas o musculares diversas, como es el caso de distonías cervicales, tortícolis, estrabismo o, entre otros, el síndrome de Tourette. A partir de los años 80, su uso se ha extendido y generalizado también en tratamientos estéticos. La botulina relaja los músculos faciales e impide durante un tiempo limitado (3 a 6 meses), período necesario para que el cuerpo repare las terminaciones nerviosas dañadas, la aparición de arrugas. Superado este tiempo hay que suministrar otra pequeña dosis de veneno diluida con agua si el paciente quiere seguir disfrutando del mismo efecto estético en la piel.

Para testar el producto, como tantas otras veces y sin que sea necesario, detrás están los animales. Sin que la Unión Europea haya regulado aún ninguna prohibición, varias empresas farmacéuticas compran el veneno a compañías productoras y lo testan antes de comercializarlo para impedir efectos fatales en las personas derivados de posibles sesgos en el proceso industrial de fabricación. La prueba, llamada DL50 (dosis letal) tradicionalmente, se hace suministrando varias dosis de veneno a un centenar de ratones. Se les inyecta la sustancia en el abdomen, lo que durante tres días les produce un sufrimiento consciente terrible (asfixia, paralización y pérdida de visión). Se repite el experimento hasta que mueren el 50% de los animales. Se determina entonces que la dosis es letal, umbral que sirve como baremo para su exportación. Los ratones supervivientes, convalecientes, son a menudo degollados o eliminados mediante gas, dióxido de carbono, para acabar, de manera paradójica, con su largo sufrimiento.

En 2011, la compañía americana Allergan recibió la licencia para realizar, a escala europea, los tests de Botox mediante cultivos de células humanas, un método más rápido, más eficaz, y evidentemente más ético. Desde entonces, otras grandes multinacionales como Merz o Ipsen, 2015 y 2018 respectivamente, lo han incluido también en sus prácticas. Aunque se calcula que Allergan y Merz han reducido entre un 80 y un 90% su uso de animales en los tests, no hay cifras concretas de Ipsen, y en cualquier caso, todas ellas siguen todavía, aunque sea en porcentaje más bajo, realizando las pruebas letales en ratones, sobre todo para la comercialización de toxina botulínica fuera de la Unión Europea.

Con motivo de la aprobación de este primer método alternativo, la ECEAE, la Coalición Europea que lucha para poner fin a la Experimentación con Animales, organiza cada año una semana de acción y concienciación que este 2020 tendrá lugar entre el 29 de junio y el 4 de julio. La reclamación principal se focaliza este año en la empresa Sloan Pharma. Esta compañía, con sede en Suiza y Luxemburgo, compra y comercializa un preparado de botulina tipo B llamado Neurobloc, suministrado por la firma japonesa ESAI. El año 2019 Sloan Pharma recibió la licencia para conducir un total de 46.800 tests letales (LD50) en ratones. La compañía ha asegurado recientemente que está desarrollando un método alternativo para la experimentación, sin embargo, nadie todavía públicamente no tiene ninguna evidencia de ello. El ECEAE ha elaborado una petición para pedir urgencia en la aplicación de esta alternativa y, antes de que pueda hacerse efectiva, la retirada de Neurobloc del mercado y la extinción del consecuente maltrato de animales. La petición se extiende a todas las demás empresas que aún causan, según las últimas estimaciones, la muerte y el sufrimiento severo anual de 400.000 ratones sólo en Europa.

Ong ADDA -Junio 2020

ECVAM recomienda abandonar la experimentacion con animales para la producción de anticuerpos

El Centro Europeo para la Validación de Métodos Alternativos a la experimentación con animales, ECVAM,  ha emitido una recomendación que, como siempre, debe servir de referencia a la hora de establecer futuras políticas comunitarias en el marco de la Unión Europea. El texto, avalado por su Comité Científico (ESAC) y supervisado por su Foro de Partes Interesadas (ESTAF) que incluye diversas asociaciones participantes, es taxativo. Concluye que la experimentación con animales para obtener anticuerpos debería detenerse de manera inminente porque no hay ningún motivo científico que avale su continuación.

Se estima que cada año en Europa un millón de animales son utilizados específicamente para la obtención de anticuerpos. Y en este proceso, gran parte de los métodos causan daños y sufrimientos innecesarios a ratones, conejos o primates. La Directiva Europea sobre la Protección de los Animales para Fines Científicos (2010/63) expone claramente que cuando existe un método alternativo a los animales en la investigación, simplemente debe dejar de utilizarse el anterior; no sólo hay métodos alternativos, sino que estos han demostrado ser mucho más eficaces. Hace años que, por ejemplo, la tecnología basada en fagos filamentosos (filamentos de material genético viral introducidos en varios microorganismos) permite ya la producción de un largo número de anticuerpos de alta calidad. Uno de sus productos es, por ejemplo, el Adalimumab, un tratamiento que identifica una determinada biomolécula y que permite aliviar síntomas o afecciones inflamatorias tan comunes como la artritis, la psoriasis o la afectación intestinal de Crohn.

Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario que son básicas en la detección y en la lucha contra agentes patógenos como son virus o bacterias. Tienen pues, múltiples e imprescindibles funciones dentro del campo de la microbiología. Se aplican tanto para la identificación y el aislamiento de moléculas como para el diagnóstico de enfermedades y la confección de varios tratamientos o vacunas. Su obtención a partir de animales, implica la introducción de agentes patógenos en su organismo, con el riesgo consiguiente que esto puede generar. Es, además, un sistema más lento y con unas proteínas resultantes más diversas y alejadas de un patrón común. Los fagos filamentosos y otros métodos, en cambio, permiten la creación de anticuerpos altamente específicos, que actúan de manera mucho más eficaz ante agentes infecciosos, y que tienen una vida útil mucho más larga y estable.

Para el ECVAM, el cambio necesario se producirá mediante la concienciación de toda una cadena de intereses, que hace años funciona y que mueve grandes cantidades de dinero. Hay unos prejuicios muy extendidos sobre el uso de métodos alternativos y reticencias muy marcadas por parte de empresas e instituciones a la hora de invertir en anticuerpos que no hayan surgido de la experimentación con animales.

Las evidencias científicas, una vez más, hablan por sí solas. Es cuestión de abrir los ojos y comprobar los beneficios que la nueva tecnología libre de torturas innecesarias conlleva, no sólo desde el punto de vista ético y biológico, sino también a nivel económico y de la salud pública.

Mayo/Junio 2020

La Asociación Defensa Derechos Animal, Ong ADDA, fundada en 1976 y declarada de Utilidad Pública  colabora y trabaja, conjuntamente, con organizaciones de toda Europa en acciones coordinadas para lograr cambios y resultados positivos para los animales en los laboratorios.

Es miembro de: La Coalición Europea para poner fin a los experimentos con animales (ECEAE) fundada en 1990 y  Cruelty Free Europe.

México prohíbe el uso de animales en la producción, la investigación y la elaboración de cosméticos

Por unanimidad con 72 votos a favor, el Pleno del Senado aprobó en lo general y en lo particular prohibir el uso de animales vivos en la producción, investigación, fabricación y desarrollo de cosméticos.

Al año 115 millones de animales alrededor del mundo son utilizados para experimentar con productos de belleza.

20 marzo 2020

Al presentar el dictamen a nombre de las comisiones de Salud y de Estudios Legislativos Segunda, por el que se reforman diversas disposiciones de la Ley General de Salud y de la Ley Federal de Sanidad Animal, la senadora de Morena, Jesusa Rodríguez Ramírez, afirmó que se garantizará la protección e integridad de los animales.

Detalló que en medio de la crisis mundial que vivimos, debemos recordar la importancia que tiene el respeto a la vida de todos los seres vivos del planeta, “no es difícil darse cuenta de que, la gran mayoría de las enfermedades que padecemos hoy en día, provienen de la ingesta de carne de animales, del maltrato que le damos a ellos y la situación en que la industria abusa cruelmente.

Con este dictamen, dijo, buscamos que no se realicen pruebas con los animales para uso de cosméticos e ingredientes que hayan sido testeados con esos seres vivos para su elaboración.

Creemos que, aunque sea un paso muy chico, todo lo que avancemos en la cuestión del respeto hacia los animales redunda en nosotros. “Si maltratamos a los animales recibiremos crueldad por parte de la naturaleza”, subrayó.

La propuesta integral del senador de Morena, Ricardo Monreal, toma como base la Declaración Universal de los Derechos de los Animales de la UNESCO, que establece que ningún animal debe ser sometido a malos tratos ni actos crueles, y que se deben utilizar y desarrollar técnicas alternativas a la experimentación animal. 

El senador Américo Villarreal Anaya, de Morena, dijo que con esta reforma se da un gran paso para generar conciencia sobre la crueldad con la que se maneja a los animales para fines estéticos y de vanidad. Ahora, se prohibirá dañar a seres vivos para esas prácticas, festejó.    

Su compañera de bancada, Freyda Marybel Villegas Canché, comentó que las pruebas cosméticas a las que se somete a algunos animales son muy dolorosas y estresantes. En muchas ocasiones quedan ciegos, sufren irritación, inflamación, convulsiones y muerte, además, frecuentemente no se usan analgésicos, lo que ocasiona fueres dolores, agregó.  

También de Morena, el senador Miguel Ángel Navarro Quintero, expuso que se han generado mutaciones genéticas en laboratorios, que se han vuelto contra el ser humano. El coronavirus, dijo, viene de gatos y perros, de especies pequeñas sacrificadas en el mundo. 

Agregó que se experimenta con su piel, con sus ojos y en su torrente sanguíneo, impactando diversos órganos y, conminó a la igualdad de los seres humanos y de los animales, por su derecho a vivir con dignidad y ser respetados.

La senadora Verónica Delgadillo García, de MC, afirmó que cada año 115 millones de animales alrededor del mundo son utilizados para experimentar productos cosméticos. La belleza les cuesta la vida.

Por ello, agregó, lo que hoy se aprueba es la dignidad y la vida de los animales. Son seres sintientes que no son de nuestra propiedad, por lo que se tiene que replantear la relación con nosotros mismos y con la naturaleza, se tiene la responsabilidad ética y moral de protegerlos. 

El dictamen que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley General de Salud y de la Ley Federal de Sanidad Animal, para establecer la prohibición del uso de animales en pruebas para productos cosméticos, se remitió a la Cámara de Diputados para los efectos del artículo 72 Constitucional. 

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La experimentación con animales no es el camino

El “Institut de Bioenginyeria de Catalunya” ha participado en un estudio europeo que demuestra la eficacia de un nuevo fármaco para detener la infección, en su estadio inicial, por COVID-19. La investigación ha sido publicada a principios de abril en la revista norteamericana CELL, especializada desde hace 46 años en biología molecular, y se está probando ya en 200 pacientes. La noticia no tendría más relevancia para ONG ADDA que la lógica satisfacción general por los más que probables beneficios sanitarios que puede suponer. Pero este caso va mucho más allá, porque forma parte y corrobora la correcta dirección de una larga lucha contra aberraciones científicas y prácticas éticas y morales injustificables, que por inercia y beneficio económico se han prolongado hasta nuestros días y todavía no remiten.

Coronavirus

Hablamos de la lucha contra la experimentación con animales. Porque este nuevo fármaco no ha sido probado en ratones, ni en conejos, ni en primates. Ha sido investigado mediante pequeños cultivos de células, reproducciones de órganos humanos a pequeña escala, de menos de un milímetro, surgidos a partir de células madre, que son, para entendernos, las originales, aquellas que comienzan la multiplicación y se convierten en cualquier tejido. Estos «Miniórganos«, alimentados en placas de Petri mediante la inyección artificial de nutrientes, no sólo emulan el funcionamiento que tienen dentro del cuerpo humano con bastante precisión, sino que además son personalizados, porque derivan de uno u otro paciente en concreto. El avance que esto significa es enorme. Por un lado se hace camino hacia una medicina personalizada, fiable y mucho más adaptada a la velocidad que requieren soluciones que deben ser urgentes en casos como el actual. Por otro, no representa un método invasivo, ya que no hace daño a nadie. A las personas se les extrae, tan sólo, una célula. A los animales se les deja de utilizar como ratas de laboratorio que alimentan una suculenta economía y una ciencia absolutamente sesgada. En efecto, a pesar de que humanos y ratones, o que humanos y chimpancés puedan compartir un tanto por ciento muy elevado de sus genes, las conexiones internas, los sistemas inmunitarios, las fisiologías respectivas, responden a patrones muy diferentes y en ningún caso comparables. (Ver artículo escrito por el profesor Pietro Croce, publicado en la revista ADDA Defiende los Animales, nº5, 1991). Sólo un dato ilustrativo: entre el 92% y el 95% de todos los medicamentos que se muestran efectivos en animales fracasan en las fases clínicas posteriores probadas en pacientes humanos. Y sin embargo, con datos de la Unión Europea, 11 millones de animales siguen siendo utilizados, y muchos de ellos sacrificados, cada año.

Nuestra asociación se congratula de este nuevo paso y empuja con la esperanza de que un día ya cercano los animales puedan dejar por fin de ser utilizados y torturados inútilmente en los laboratorios. ADDA, fundada en 1976, declarada de Utilidad Pública en 1981, decana en España en la lucha por el bienestar de los animales y de la naturaleza, es la única representante en el estado de organizaciones europeas como ECEAE o Cruelty Free Europe, los dos lobbys de presión que, en el marco comunitario, luchan para acabar con estas prácticas crueles y para avanzar en la difusión de los nuevos métodos alternativos.

Hace tiempo que entre otras muchas luchas, ONG ADDA divulga y se ocupa en concreto de frenar el auge de la experimentación con animales. El pasado verano, mucho antes de esta noticia y de la aparición de este nuevo tipo de coronavirus, presentó el doblaje en castellano de un vídeo ilustrativo de estas nuevas técnicas de investigación. Un vídeo producido por la Organización alemana, miembro también de la ECEAE, Doctors Against Animal Experiments (Äerzte Gegen Tierversuche). Un vídeo titulado «Avances Científicos Sin experimentación Animal» al cual se puede acceder desde la web de la asociación o a través de la plataforma Vimeo.

ADDA presentó, asimismo, el pasado diciembre un extenso blog que recomendamos, especializado con una amplia y resumida documentación vinculada con las técnicas alternativas, donde se recogen todos los razonamientos científicos y éticos que avalan su utilización y que descartan el uso de animales.

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