La Universidad de Verona (Italia), libera de la experimentación a 3 macacos, después de 20 años.

Los tres macacos cautivos han sido liberados y pasarán el resto de sus vidas en el centro de rehabilitación de Semproniano (Toscana).

9 junio 2021

Los macacos durante su traslado al centro de Semproniano (Foto: LAV)

Contemporánea con la Ong ADDA, la LAV (Lega Anti Vivisezione), fundada en 1977 y con sede en la ciudad de Roma, es una de las principales asociaciones italianas que informa de una buena noticia. La Universidad de Verona es la tercera que en los últimos seis años se ha comprometido por escrito a poner punto y final, definitivamente, a las prácticas de experimentación con simios. El compromiso fue firmado entre ambas partes, por el Rector Pier Francesco Nocini y el alcalde Federico Sboarina, que han liderado el proceso por voluntad propia y casi sin intermediarios. La liberación definitiva sucedió a principios de este mes de junio 2021, cuando ellos mismos decidieron otorgar a la LAV la custodia de los tres macacos todavía residentes y enjaulados. Son tres machos, de 3, 4 y 28 años, que han sido sometidos a ensayos cerebrales e implantes dolorosos y que ahora podrán rehacer sus vidas en la semi-libertad que ofrecen las instalaciones de Semproniano, un centro de recuperación de especies exóticas y de fauna salvaje situado entre las colinas y los bosques de la Maremma Toscana, en la provincia de Grosseto. Unas dependencias que acogen actualmente más de un centenar de animales (entre caballos, leones, cerdos, cebras, ovejas, monos, toros y vacas) rescatados de: la cría intensiva, los circos, el tráfico ilegal y ahora, de la vivisección.

Los precedentes

Los tres nuevos residentes liberados se hospedarán ya de manera permanente en un  amplio espacio dotado de refugios interiores y de una vasta extensión al aire libre. Un ambiente que sigue los más altos estándares de calidad a nivel internacional y que se esfuerza en recrear al máximo el hábitat original de procedencia de la especie (Macaca fascicularis) proveniente de los bosques del sud-este asiático y de la Isla Mauricio –la gran exportadora de estos animales-, y en respetar al mismo tiempo las características etológicas, o sea, de comportamiento, que le son comunes. Allí se reunirán con medio centenar de otros congéneres, que, tras su infortunio inicial que  obtuvieron, finalmente,  esta suerte y un respaldo, Porque en septiembre de 2015, y gracias también al empeño e insistencia de la LAV, la Universidad de Módena (en la Emilia-Romaña), cerró su laboratorio de primates y liberó a 16 ejemplares. Y en 2017, las autoridades del Véneto acordaron, por primera vez, el acuerdo con la Universidad de Padua, que acabó con su actividad de la experimentación y que entregó, también, 27 simios al CRASE (Centro de Recuperación de Animales Salvajes y Exóticos) de Semproniano. Unas cifras a las que hay que añadir 9 individuos provenientes del Instituto Superior de Sanidad y un macaco japonés (Macaca fuscata) rescatado hace sólo unas semanas de un particular.

Biología y recuperación

A pesar de la existente legislación al respecto (DIRECTIVA Europea 2010/63/UE y Decreto Legislativo italiano, nº 26, de 4 de marzo de 2014), que dicta claramente que el uso de simios antropoides (chimpancés, bonobos, gorilas y orangutanes) para la experimentación está prohibida, y que el sometimiento de los otros primates no humanos está sujeto a restricciones, las condiciones en los laboratorios siguen siendo demasiado crueles. Los macacos son utilizados mayormente para la investigación de afectaciones neuronales o neurodegenerativas. malviven separados, encerrados en pequeñas jaulas, en recintos interiores y apartados por completo del medio natural. Su dieta omnívora (pequeños insectos pero sobretodo frutas, vegetales, cortezas de árboles, semillas, flores u hongos) resultó interrumpida abruptamente, cosa que acarrea daños al metabolismo y que se unen a comportamientos anormales derivados del intenso estrés. Las heridas provenientes de los implantes son notorias, como así lo evidencia las marcas que presenta el macho de 28 años que acaba de llegar desde el laboratorio de Verona. Una recuperación en tales condiciones no es tarea fácil. En Semproniano la llevan a cabo primatólogos y personal veterinario especializado, que aparte de su cuidado,  investigan con el fin de establecer protocolos que permitan otorgar más bienestar a estos desgraciados animales que, afortunadamente, ya volvieron a nacer.

 Un resumen del trabajo bienestarista con los 27 simios que llegaron en el año 2017, puede consultarse en el siguiente artículo publicado este 2021 en la revista Primates:Evaluation of an enrichment programme for a colony of long-tailed macaques(Macaca fascicularis)in a rescue center”. En él se analizan hormonas como el cortisol y se evalúa su evolución. Se observa, también, el comportamiento de los animales; y se concluye, entre otras cosas, que en la rehabilitación más que la alimentación, es el trato especial que reciben del personal, la interacción y las actividades grupales, pues juegan un papel crucial para una nueva vida en plenitud.

Hace falta no olvidar que en Italia quedan todavía otros centros que siguen experimentando con primates. De momento, y a pesar de la insistencia, las Universidades de Turín y Parma no parecen receptivas a dejar de lado los ensayos. Para la LAV y para otras organizaciones como Oltre la Sperimentazione Animale, estos centros son ahora su prioridad. Quizás sea solamente…  una cuestión de tiempo.

Denuncia conjunta presentada por Cruelty Free Internacional y Ong ADDA

12 abril 2021

En la mañana de hoy, 12 de abril de 2021, Cruelty Free internacional y la Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal, ADDA miembro de Cruelty Free Europe, han presentado una denuncia contra el laboratorio de Vivotecnia ante la Fiscalía de Madrid por hechos que pueden ser constitutivos de delito de maltrato animal.

Por todo ello pedimos tu colaboración para detener este sufrimiento.


Más información: Cruelty Free International

Menos experimentos, pero más severos, en Flandes

Los datos de 2019, como en el caso de España, muestran un incremento de aquellas pruebas que causan dolor grave a los animales

10 febrero 2021

J. G. Se han hecho públicas las estadísticas respectivas al año 2019 sobre la experimentación en Flandes. Por estas fechas, todos los estados europeos, incluído España (que las publicó a primeros de diciembre), tienen la obligación de reportar dichos datos al respecto. Se trata de un censo que proviene de las cifras que deben aportar, conforme a lo dispuesto en la ley, las empresas involucradas en proyectos de investigación que hayan realizado sus tests en animales.

Los datos de Flandes, que nos proporciona GAIA, la organización que, como ADDA, es miembro de Cruelty Free Europe (uno de los principales lobbys europeos contrarios al uso de animales en experimentación), son relevantes por la preocupación que causan, más si sumamos su parecido en determinados aspectos negativos con los que hizo públicos hace dos meses el Gobierno Español. El Ministerio de Medio Ambiente de la región neerlandesa los publicitaba por la ligera bajada en el número total de tests, como un logro político: ha habido 253.433 en 2019, en comparación con los 262.479 de 2018. Sin embargo, las pruebas que provocan un sufrimiento severo a las distintas especies utilizadas crecieron en número y pasaron de las 37.271 de 2018 a las 37.604 de 2019, (en España estos mismos números también aumentaron y pasaron de los 52.818 tests severos de 2018 a los 60.162 de 2019). GAIA, por medio de su responsable, Michael Vandenbosch, insistía en que reducir este tipo de pruebas debiera ser una prioridad, especialmente si tenemos en consideración que Bélgica ocupa, según la última estadística europea vigente (2015-2017) el quinto puesto en el ranking de estados que practican más experimentos que comportan un dolor agudo. La ONG, con sede en el centro de Bruselas, desmiente de esta forma los logros del gobierno y recalca que en cualquier caso la bajada en la cifra total de tests no es fruto de ninguna política estructural, sino más bien del fin de uno u otro proyecto concreto.

Animales perjudicados

La estadística, a la que hacemos referencia sobre todo para poder establecer esta comparación con los datos españoles (un reporte que podéis encontrar en este mismo blog), muestra también claramente como el número de experimentos ha crecido y damnificado especialmente algunos animales. El aumento más llamativo, es el del uso de gatos para pruebas, de los 19 usados en 2018 se ha pasado a los 206 en 2019. También ha subido la utilización de primates (de 5 a 7), de hámsters (195 en 2018 en comparación con los 396 de 2019) y de ovejas (498 involucradas en 2019 por las 427 de 2018). Y otro dato preocupante: como en el estado español, se han duplicado las pruebas destinadas a comprobar la viabilidad de las condiciones de cría intensiva en granjas. Se ha pasado de los 503 experimentos de 2018 a los 1.182 de 2019. Una tendencia que va más allá de la materia concreta y que evidencia que el modelo de ganadería industrial en Europa tampoco parece que vaya a cambiar a corto plazo. 

Soluciones propuestas

Frente a la situación expuesta, GAIA insiste en que el Gobierno no ha llevado a cabo todavía ningún plan estructural, como así se requería, para resolver un problema que es de ética, como venimos remarcando, pero también de salud pública. La organización propone, entre otras, dos medidas principales para intentar aportar soluciones inmediatas. La primera pasa por tasar con un impuesto los tests en animales para penalizar de algún modo dicha práctica e invertir después el dinero recaudado en proyectos de investigación de nuevos métodos alternativos. En segundo lugar, insta al Gobierno a comprometerse en reducir un 10% anualmente el número de experimentos. Un comité formado por políticos, científicos y activistas, debería decidir después la mejor manera de llegar a ese objetivo.     

Referencias:

España: continúan las pruebas de pirógenos y aumentan los daños severos en los experimentos con animales (14/12/2020)

Hace falta invertir en métodos de investigación sin animales para acelerar el descubrimiento de tratamientos y vacunas contra el virus SARS COVID-19 y otras patologías

La ONG Animal Defenders International, con sede en Londres, ha elaborado una carta avalada por un centenar de expertos en la materia y dirigida a la Organización Mundial de la Salud, a gobiernos estatales, y también a investigadores, empresas y organismos financieros del sector. El texto insta a abandonar la ineficacia y la crueldad de las pruebas científicas realizadas con animales para descubrir tratamientos de enfermedades y a invertir mucho más en los múltiples métodos biotecnológicos de investigación ya existentes, unos métodos que conllevan una fiabilidad mucho mayor pero también unos costes iniciales destacables. La carta fue publicada en el marco de la Asamblea Mundial de la Salud, el pasado 18 de mayo, y ya ha sido firmada por más de 51.000 personas.

Las últimas estimaciones calculan que cada año se utilizan en Europa 11 millones de animales para los diversos procesos que conlleva la experimentación. A nivel mundial esta cifra se eleva hasta los 192 millones. La eclosión del nuevo virus, COVID-19, a escala planetaria, ha acelerado la rueda de financiación y colaboración entre científicos, empresas y gobiernos de todo el mundo para tratar de encontrar una vacuna o un tratamiento adecuado al patógeno. Lo cierto, es que la mayoría de estas investigaciones siguen utilizando los animales y los inducen a la muerte o peor aún, los someten a dolores persistentes, sufrimiento y en general a unas condiciones de cría, transporte y estancia absolutamente contrarias a su bienestar. Todo ello a pesar de que la última directiva europea en la materia (2010/63 / EU «Protección de los animales utilizados para fines científicos«) obligue al contrario, y a pesar de que el Artículo 13 del Tratado de Funcionamiento de la Unión estipule claramente que «el bienestar de los animales es un valor consagrado de la institución «.

En la investigación contra este nuevo tipo de Coronavirus, lejos de huir de la tendencia, se están utilizando sobre todo ratones, hurones, cobayas, cerdos, gatos y varios tipos de primates, mayoritariamente en laboratorios del Reino Unido, los Estados Unidos, los Países Bajos, China o Australia. Varios estudios han demostrado que a pesar de la alta similitud entre el sistema genético de ciertos animales y el sistema genético humano, factor que es empleado generalmente para justificar esta práctica, el metabolismo no sólo es absolutamente dispar entre especies sino que además varía de manera notoria también entre individuos. Dicho de otro modo, el hecho de que una sustancia actúe de igual forma en animales y en personas no debería atribuirse a una constatación empírica, sino más bien a una casualidad. La carta pone como ejemplo el caso de los ratones, que tienen un sistema respiratorio diferente y unos receptores celulares distintos de los que utiliza el virus para infectar a los seres humanos. En lugar de descartar el poco rigor pues, y empujados sobre todo por el negocio circular suculento que gira desde hace más de medio siglo entorno a los animales, los «investigadores» tratan de humanizar a los ratones para asegurarse de que contraen y desarrollan el virus de la misma manera que lo hacen las personas.

Durante esta larga etapa en la historia de la investigación, más de un 90% de los fármacos identificados como positivos en animales han resultado ser absolutamente ineficaces o contraproducentes para las personas. Sin embargo la delegación de la Organización Mundial de la Salud en China avisa que aún hay que encontrar el animal ideal para investigar patógenos y vías de transmisión y para ensayar terapias antivirales y vacunas. Este hecho evidentemente estimula aún más la inercia de esta ciencia lenta y de muy cuestionable fiabilidad y la incentiva en la búsqueda de este modelo «de animal ideal» en lugar de dejar paso a los nuevos métodos biotecnológicos que poco a poco, pero con algunos obstáculos, van ganando peso.

Estas nuevas posibilidades, que reducen el tiempo de investigación y aumentan de manera notoria la rigurosidad, necesitan sin embargo altas fuentes de financiación y apoyo para poder progresar. Entre ellas hay modelos matemáticos de transmisión y tamaño de la epidemia, el uso de cultivos de fluidos pulmonares para estudiar el genoma del virus, muestras de biopsia de pacientes para investigar el daño provocado en el tejido pulmonar, modelos de inteligencia artificial que podrían proyectar tratamientos, órganos humanos en chips que emulan la infección para el descubrimiento de fármacos, organoides desarrollados a partir de células madre, modelos de células in vitro en 3D y tratamientos con anticuerpos generados por personas que ya han superado el virus.

En un movimiento para acelerar el proceso la Coalición Internacional de Autoridades Reguladoras de Medicamentos ICMRA informó durante este tiempo de confinamiento que, en el caso exclusivo del nuevo SARS COVID-19 no hará falta probar la efectividad de las vacunas en animales antes de proceder a los ensayos clínicos en humanos. No obstante, los tests seguirán siendo requisitos indispensables antes de que ninguna vacuna o tratamiento se pueda empezar a comercializar, con el perjuicio que esto seguirá implicando para millones de animales en todo el mundo.

JAN CREAM (Presidenta de Animal Defenders International): «Hay una necesidad urgente de abordar y tratar la COVID-19 y otras enfermedades humanas con una ciencia mejor y más rápida. Para proporcionar tratamientos más seguros y efectivos para ayudar a las personas necesitamos alejarnos de la investigación con animales y adoptar métodos científicos avanzados y fiables, más relevantes para los humanos «.

Dr. ARYAN TAVAKKOLI (neumólogo MRCP FRACP): «Con métodos increíblemente sofisticados, como los modelos de pulmón humano disponibles, es vital que los recursos y el tiempo vayan destinados a estos métodos para encontrar tratamientos y una vacuna para este virus potencialmente mortal«. (14 mayo 2020)

Un 71% de los españoles está en contra de que se experimente con animales en la ciencia y llaman al cambio

17 julio 2020

Un 71% de los españoles encuestados para el estudio ‘Cruelty Free Europe’, un lobby de presión europeo en contra de la experimentación con animales, está en contra de que se siga experimentando con animales en la ciencia y llaman a los políticos a que pongan entre sus prioridades un cambio en este sentido y a tomr medidas y objetivos con el fin de acabar con esta práctica.

El estudio fue realizado vía internet por la consultoría británica’ Savant ComRes’ entre el 9 y el 19 de junio y, según explica la organización, contó con la participación de un total de 5.653 adultos repartidos por doce estados miembros de la Unión Europea, entre ellos España.

Del documento se desprende que, el país está un punto por encima de la media europea (un 70%) en este pensamiento. No están tan igualdados los porcentajes, sin embargo, en otras cuestiones.

Así, un 69%, (cinco puntos por debajo de la media europea) de los españoles opina que los tests destinados a la venta de productos cosméticos son absolutamente inaceptables, más después del veto general a esta práctica alcanzado e integrado legalmente a partir del 11 de marzo de 2013 por la política comunitaria; y un 71% de los españoles (frente al 76% en el conjunto de la encuesta en Europa), considera que los experimentos destinados a la comercialización de productos de limpieza del hogar deberían ser expresamente prohibidos por la Unión.

España es, además, el país que menos está de acuerdo en que la UE invierta más recursos en desarrollar investigaciones y métodos alternativos, más fiables científicamente y exentos de todo maltrato. Por países, están a favor de esa cuestión un 85% de los encuestados en Portugal, un 84% en Croacia, un 80% en Polonia y Rumanía, un 79% en Italia, un 76% en Alemania, un 75% en Francia y un 72% en España.

INCUMPLIMIENTO DE LA DIRECTIVA EUROPEA

Un 71% de los españoles está en contra de que se experimente con animales en la ciencia y llaman al cambio

Desde la organización explican que, pese a la directiva europea vigente en relación a la protección de los animales utilizados para fines científicos, los últimos estudios demuestran que el maltrato y por lo tanto el incumplimiento en este ámbito sigue siendo muy marcado. El informe oficial más reciente elaborado por la Comisión Europea constata como, entre 2015 y 2017 tuvieron lugar en Europa un total de 30 millones de experimentos con animales supuestamente destinados a la investigación.

Todo ello a pesar de que se haya recalcado en distintos estudios y de manera reiterada que más del 90% de las sustancias testadas en animales no son válidas posteriormente, por toxicidad o ineficacia, cuando se prueban en humanos», explican los responsables del trabajo.

Para la directora de Ciencia de Cruelty Free Europe, Katy Taylor, «no es bueno que se siga insistiendo por defecto en las pruebas desactualizadas y poco fiables con animales en un intento de desarrollar tratamientos contra enfermedades humanas y protección contra productos químicos tóxicos para las personas y para el medio ambiente».

«La Unión Europea debe crear un marco que incentive nuevos y modernos enfoques sin animales y que resulten efectivos para la protección de sus ciudadanos y del medio ambiente», explica. A su juicio, los objetivos y plazos para eliminar las prácticas insostenibles y reemplazarlas por otras de mejores ya existen en algunas políticas de la Unión Europea, como es el caso de aquellas referentes a emisiones de carbono, residuos o reciclaje.

En Cruelty Free Europe participa la ONG española ADDA, cuya presidenta, Carmen Méndez, ha señalado que «España, como miembro de la Unión Europea, debe ser receptiva a los cambios de la sociedad y a los avances que ofrece la ciencia actual». Así, cree que el país «debe participar y contribuir en el desarrollo y la implementación de las técnicas alternativas que sustituyan los ineficaces y crueles experimentos con animales».

Fuente de información: Europa press -Ciencia Plus

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La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU (EPA) se compromete a poner fin a los ensayos con animales

27 enero 2020

El pasado septiembre, la Agencia de Protección Ambiental (EPA en inglés) de Estados Unidos anunció un plan para reducir y con el tiempo eliminar su dependencia de los ensayos en animales para evaluar el peligro de los productos químicos. Actualmente, la EPA realiza, o requiere que las compañías químicas realicen ensayos en conejos, ratones, ratas y peces para evaluar la toxicidad química. La EPA se ha comprometido a una reducción del 30 por ciento en su financiamiento y solicitudes de estudios de toxicología que involucran mamíferos para 2025, y poner fin a casi todos esos estudios en 2035 (después de 2035, los ensayos de seguridad química en mamíferos requerirán la aprobación, caso por caso, de la EPA). Para lograr estos objetivos, la EPA ha otorgado $ 4,5 millones a cinco universidades para ayudar a desarrollar nuevos métodos sin animales, como las pruebas in vitro o el modelado y simulación por computadora. Estos métodos alternativos a menudo requieren menos recursos, pueden evaluar más productos químicos en un tiempo más corto y son tan buenos o mejores para predecir la toxicidad en comparación con los modelos animales actuales.

Avances científicos sin experimentación Animal: Mini órganos y mini órganos en chip.

15 noviembre 2019

Ong ADDA presenta en España el video traducido al castellano y producido por la organización alemana “Doctors Against Animal Experiments” que explica cómo se pueden sustituir los experimentos con animales por técnicas alternativas.

Hace una década, en 2009, surgieron las primeras publicaciones que describían, por primera vez, el cultivo de mini órganos derivados de cultivos tridimensionales de células humanas; los llamados organoides. Desde entonces, se ha progresado mucho en estas técnicas que han abierto nuevas vías para las aplicaciones biomédicas y multitud de enfoques innovadores en la investigación, como los sistemas de órganos en un chip y la medicina personalizada.

ADDA, como representante en España de la Coalición Europea para la Abolición de los Experimentos con Animales (siglas en inglés ECEAE), quiere dar a conocer a los estudiantes españoles, y al público en general, este video de carácter científico y didáctico que explica, de forma sencilla, estas nuevas tecnologías de las que disponen los investigadores.

No cabe duda de que se necesitan sistemas de modelos humanos si queremos obtener datos relevantes para la medicina, la farmacología y la toxicología. Los organoides humanos y otros modelos de cultivos de células humanas tridimensionales, combinados con las tecnologías de órganos en un chip y los experimentos in silico (simulaciones en computadoras) además de resultar muy prometedores, proporcionan mejores soluciones y resultados más fiables para el estudio de las enfermedades humanas. Poner fin a la experimentación con animales es posible y está cada vez más cerca.

El video se puede visionar en VIMEO y en YOUTUBE

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El 95,22% de los animales utilizados para investigación en 2018 sufrieron dolor

Durante el pasado año se utilizaron 836.096 seres vivos con estos fines, 33.120 más que en 2017, siendo los ratones (62%), los peces (10,6%), y las aves de corral (9,5%) los más usados.

12 noviembre 2019


El año pasado se utilizaron en España 836.096 animales para la investigación científica y la docencia, de los cuales un 95,22% sufrieron alguna clase de dolor. La cifra se mantiene estable y siempre por debajo del millón desde 2010, cuando se usaron 1.344.986 animales con fines científicos.

Según el último informe sobre el uso de animales en experimentación que el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha remitido a la Comisión Europea, de los 836.096 animales utilizados, aumentando en 33.120 el número de ejemplares utilizados respecto a 2017. El 98,3% se emplearon por primera vez y el 1,6% fueron reutilizados siguiendo los requisitos y condiciones que exige la Unión Europea (UE).

La mayoría de los animales utilizados fueron ratones (62%), peces (10,6%),aves de corral (9,5%), ratas (6,3%), pez cebra (4,3%), conejos (2,69%) y cerdos (1,43%). De acuerdo con el informe, en 2018 el uso de mamíferos no ha variado sustancialmente con respecto a años anteriores, y el de anfibios se mantiene estable, si bien se aprecia una variación en el número de peces «relativamente elevado» en comparación con otros años.

El informe destaca el aumento del número de cefalópodos utilizados para investigación desde los 20 que se usaron en 2017 hasta los cerca de 4.000 del año pasado, que sirvieron para desarrollar varias líneas de investigación de enfermedades y para mejorar el conocimiento de su biología y su reproducción.

La mayoría de los animales se utilizaron para hacer estudios sobre protección medioambiental, para preservar la biodiversidad o para estudiar la biología o etiología de ese animal, y en algunos casos para proyectos de estudios relacionados con el sistema nervioso (ciervos) o el reproductor (muflón).

El informe especifica el grado de dolor, estrés o sufrimiento experimentado por los animales en la investigación y desvela que el 52% de ellos padeció dolor leve y el 36% dolor moderado (435.810 animales y 300.199, respectivamente). Sin embargo, 60.398 animales padecieron un sufrimiento «severo» (el 7,22% del total) y 39.689 no recobraron la conciencia después de ser utilizados en algún estudio con anestesia general (el 4,75%).

Además, de los 836.096 animales usados el año pasado, 529.652 (el 66%) no fueron alterados genéticamente y 300.000 habían sido alterados genéticamente -con o sin algún fenotipo patológico- para investigación específica de una enfermedad.

Dada la especial sensibilidad ante el uso de primates, la estadística incluye un apartado con información específica sobre el uso y procedencia de los 274 ejemplares utilizados en 2018. El 72% del total (198 primates) habían nacido en África, 73 en Asia y tres en un establecimiento registrado de la Unión Europea.

En ningún caso se emplearon primates capturados en la naturaleza, dado que para los animales nacidos en libertad la captura y el transporte es algo angustioso, sino que todos los primates utilizados habían nacido en cautividad, y en su mayor parte procedían de colonias autosostenidas, en las que los animales se crían en comunidad pero son mantenidos y están acostumbrados a los seres humanos.

De los animales usados el año pasado, el 48% se dedicaron a investigaciones básicas para conocer la estructura y funcionamiento de los organismos vivos, y el 27,4% a la investigación aplicada, que incluye el desarrollo y fabricación de productos farmacéuticos, alimentos, piensos, y pruebas de calidad y seguridad.

Entre 2009 y 2016, el uso de animales en laboratorios españoles se ha reducido significativamente gracias, en gran medida, a la directiva que obliga al fomento de las 3R, es decir, a reemplazar animales por otras técnicas siempre que sea posible, a reducir al mínimo su uso en los laboratorios y experimentos y refinar los métodos empleados en la investigación.

Además, más 140 centros de investigación se han sumado voluntariamente al Acuerdo de Transparencia sobre el uso de animales en experimentación científica en España promovido en 2016 por la Confederación de Sociedades (COSCE).

Fuente de información: Público

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