La experimentación con animales no es el camino

El “Institut de Bioenginyeria de Catalunya” ha participado en un estudio europeo que demuestra la eficacia de un nuevo fármaco para detener la infección, en su estadio inicial, por COVID-19. La investigación ha sido publicada a principios de abril en la revista norteamericana CELL, especializada desde hace 46 años en biología molecular, y se está probando ya en 200 pacientes. La noticia no tendría más relevancia para ONG ADDA que la lógica satisfacción general por los más que probables beneficios sanitarios que puede suponer. Pero este caso va mucho más allá, porque forma parte y corrobora la correcta dirección de una larga lucha contra aberraciones científicas y prácticas éticas y morales injustificables, que por inercia y beneficio económico se han prolongado hasta nuestros días y todavía no remiten.

Coronavirus

Hablamos de la lucha contra la experimentación con animales. Porque este nuevo fármaco no ha sido probado en ratones, ni en conejos, ni en primates. Ha sido investigado mediante pequeños cultivos de células, reproducciones de órganos humanos a pequeña escala, de menos de un milímetro, surgidos a partir de células madre, que son, para entendernos, las originales, aquellas que comienzan la multiplicación y se convierten en cualquier tejido. Estos «Miniórganos«, alimentados en placas de Petri mediante la inyección artificial de nutrientes, no sólo emulan el funcionamiento que tienen dentro del cuerpo humano con bastante precisión, sino que además son personalizados, porque derivan de uno u otro paciente en concreto. El avance que esto significa es enorme. Por un lado se hace camino hacia una medicina personalizada, fiable y mucho más adaptada a la velocidad que requieren soluciones que deben ser urgentes en casos como el actual. Por otro, no representa un método invasivo, ya que no hace daño a nadie. A las personas se les extrae, tan sólo, una célula. A los animales se les deja de utilizar como ratas de laboratorio que alimentan una suculenta economía y una ciencia absolutamente sesgada. En efecto, a pesar de que humanos y ratones, o que humanos y chimpancés puedan compartir un tanto por ciento muy elevado de sus genes, las conexiones internas, los sistemas inmunitarios, las fisiologías respectivas, responden a patrones muy diferentes y en ningún caso comparables. (Ver artículo escrito por el profesor Pietro Croce, publicado en la revista ADDA Defiende los Animales, nº5, 1991). Sólo un dato ilustrativo: entre el 92% y el 95% de todos los medicamentos que se muestran efectivos en animales fracasan en las fases clínicas posteriores probadas en pacientes humanos. Y sin embargo, con datos de la Unión Europea, 11 millones de animales siguen siendo utilizados, y muchos de ellos sacrificados, cada año.

Nuestra asociación se congratula de este nuevo paso y empuja con la esperanza de que un día ya cercano los animales puedan dejar por fin de ser utilizados y torturados inútilmente en los laboratorios. ADDA, fundada en 1976, declarada de Utilidad Pública en 1981, decana en España en la lucha por el bienestar de los animales y de la naturaleza, es la única representante en el estado de organizaciones europeas como ECEAE o Cruelty Free Europe, los dos lobbys de presión que, en el marco comunitario, luchan para acabar con estas prácticas crueles y para avanzar en la difusión de los nuevos métodos alternativos.

Hace tiempo que entre otras muchas luchas, ONG ADDA divulga y se ocupa en concreto de frenar el auge de la experimentación con animales. El pasado verano, mucho antes de esta noticia y de la aparición de este nuevo tipo de coronavirus, presentó el doblaje en castellano de un vídeo ilustrativo de estas nuevas técnicas de investigación. Un vídeo producido por la Organización alemana, miembro también de la ECEAE, Doctors Against Animal Experiments (Äerzte Gegen Tierversuche). Un vídeo titulado «Avances Científicos Sin experimentación Animal» al cual se puede acceder desde la web de la asociación o a través de la plataforma Vimeo.

ADDA presentó, asimismo, el pasado diciembre un extenso blog que recomendamos, especializado con una amplia y resumida documentación vinculada con las técnicas alternativas, donde se recogen todos los razonamientos científicos y éticos que avalan su utilización y que descartan el uso de animales.

ENLACES:

La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU (EPA) se compromete a poner fin a los ensayos con animales

27 enero 2020

El pasado septiembre, la Agencia de Protección Ambiental (EPA en inglés) de Estados Unidos anunció un plan para reducir y con el tiempo eliminar su dependencia de los ensayos en animales para evaluar el peligro de los productos químicos. Actualmente, la EPA realiza, o requiere que las compañías químicas realicen ensayos en conejos, ratones, ratas y peces para evaluar la toxicidad química. La EPA se ha comprometido a una reducción del 30 por ciento en su financiamiento y solicitudes de estudios de toxicología que involucran mamíferos para 2025, y poner fin a casi todos esos estudios en 2035 (después de 2035, los ensayos de seguridad química en mamíferos requerirán la aprobación, caso por caso, de la EPA). Para lograr estos objetivos, la EPA ha otorgado $ 4,5 millones a cinco universidades para ayudar a desarrollar nuevos métodos sin animales, como las pruebas in vitro o el modelado y simulación por computadora. Estos métodos alternativos a menudo requieren menos recursos, pueden evaluar más productos químicos en un tiempo más corto y son tan buenos o mejores para predecir la toxicidad en comparación con los modelos animales actuales.

La justicia europea ratifica no experimentar con animales

El Tribunal de Justicia de la UE, tajante contra la experimentación en cosméticos

Diciembre 2016

Redacción. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha rechazado con fecha 21 de septiembre de 2016 los argumentos presentados por la Federación Europea de Ingredientes Cosméticos, EFCI, que pretendían eludir lo que establece el vigente reglamento sobre productos cosméticos en la UE, que prohíbe la experimentación con animales de los productos cosméticos y sus ingredientes, así como la comercialización en la UE de cosméticos experimentados en animales.

El caso fue presentado el año 2015 por la EFCI, un poderoso lobby que representa a la mayoría de los fabricantes de ingredientes para cosméticos en Europa. Dicha federación, apoyada por el gobierno francés, argumentó que las compañías de cosméticos deberían poder vender en la UE productos cosméticos que contienen ingredientes experimentados en animales en terceros países, como por ejemplo China o bajo otra normativa europea, como el Reglamento REACH (Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de sustancias y mezclas químicas).

Según el tribunal europeo, el acceso al mercado de la UE está condicionado a la observancia de la prohibición de la experimentación con animales de los productos cosméticos. Además, la consecución del objetivo del reglamento sobre cosméticos se vería seriamente comprometido si las prohibiciones establecidas en la legislación de la UE pudieran ser eludidas mediante la realización de la experimentación con animales en terceros países.

La entidad británica Cruelty Free International y la Federación Europea Contra la Experimetación AnimalECEAE, —representada en España por Ong ADDA—, que presentaron en su día en la Corte europea sus argumentos contra los intentos de la EFCI de debilitar la histórica prohibición de los ensayos en animales de los cosméticos en la UE, aplauden la decisión del tribunal, que hará más difícil a las empresas la venta en la UE de cosméticos y sus productos derivados, que han sido experimentados con animales provenientes de otras parte del mundo. Solicitan también a las administraciones competentes que se aseguren de que las prohibiciones establecidas en la legislación europea se cumplan rigurosamente para evitar el sufrimiento y la muerte de los animales (fondo documental CFI).

Fuente información: ADDA DEFIENDE LOS ANIMALES (revista número 53)

El 95,22% de los animales utilizados para investigación en 2018 sufrieron dolor

Durante el pasado año se utilizaron 836.096 seres vivos con estos fines, 33.120 más que en 2017, siendo los ratones (62%), los peces (10,6%), y las aves de corral (9,5%) los más usados.

12 noviembre 2019


El año pasado se utilizaron en España 836.096 animales para la investigación científica y la docencia, de los cuales un 95,22% sufrieron alguna clase de dolor. La cifra se mantiene estable y siempre por debajo del millón desde 2010, cuando se usaron 1.344.986 animales con fines científicos.

Según el último informe sobre el uso de animales en experimentación que el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha remitido a la Comisión Europea, de los 836.096 animales utilizados, aumentando en 33.120 el número de ejemplares utilizados respecto a 2017. El 98,3% se emplearon por primera vez y el 1,6% fueron reutilizados siguiendo los requisitos y condiciones que exige la Unión Europea (UE).

La mayoría de los animales utilizados fueron ratones (62%), peces (10,6%),aves de corral (9,5%), ratas (6,3%), pez cebra (4,3%), conejos (2,69%) y cerdos (1,43%). De acuerdo con el informe, en 2018 el uso de mamíferos no ha variado sustancialmente con respecto a años anteriores, y el de anfibios se mantiene estable, si bien se aprecia una variación en el número de peces «relativamente elevado» en comparación con otros años.

El informe destaca el aumento del número de cefalópodos utilizados para investigación desde los 20 que se usaron en 2017 hasta los cerca de 4.000 del año pasado, que sirvieron para desarrollar varias líneas de investigación de enfermedades y para mejorar el conocimiento de su biología y su reproducción.

La mayoría de los animales se utilizaron para hacer estudios sobre protección medioambiental, para preservar la biodiversidad o para estudiar la biología o etiología de ese animal, y en algunos casos para proyectos de estudios relacionados con el sistema nervioso (ciervos) o el reproductor (muflón).

El informe especifica el grado de dolor, estrés o sufrimiento experimentado por los animales en la investigación y desvela que el 52% de ellos padeció dolor leve y el 36% dolor moderado (435.810 animales y 300.199, respectivamente). Sin embargo, 60.398 animales padecieron un sufrimiento «severo» (el 7,22% del total) y 39.689 no recobraron la conciencia después de ser utilizados en algún estudio con anestesia general (el 4,75%).

Además, de los 836.096 animales usados el año pasado, 529.652 (el 66%) no fueron alterados genéticamente y 300.000 habían sido alterados genéticamente -con o sin algún fenotipo patológico- para investigación específica de una enfermedad.

Dada la especial sensibilidad ante el uso de primates, la estadística incluye un apartado con información específica sobre el uso y procedencia de los 274 ejemplares utilizados en 2018. El 72% del total (198 primates) habían nacido en África, 73 en Asia y tres en un establecimiento registrado de la Unión Europea.

En ningún caso se emplearon primates capturados en la naturaleza, dado que para los animales nacidos en libertad la captura y el transporte es algo angustioso, sino que todos los primates utilizados habían nacido en cautividad, y en su mayor parte procedían de colonias autosostenidas, en las que los animales se crían en comunidad pero son mantenidos y están acostumbrados a los seres humanos.

De los animales usados el año pasado, el 48% se dedicaron a investigaciones básicas para conocer la estructura y funcionamiento de los organismos vivos, y el 27,4% a la investigación aplicada, que incluye el desarrollo y fabricación de productos farmacéuticos, alimentos, piensos, y pruebas de calidad y seguridad.

Entre 2009 y 2016, el uso de animales en laboratorios españoles se ha reducido significativamente gracias, en gran medida, a la directiva que obliga al fomento de las 3R, es decir, a reemplazar animales por otras técnicas siempre que sea posible, a reducir al mínimo su uso en los laboratorios y experimentos y refinar los métodos empleados en la investigación.

Además, más 140 centros de investigación se han sumado voluntariamente al Acuerdo de Transparencia sobre el uso de animales en experimentación científica en España promovido en 2016 por la Confederación de Sociedades (COSCE).

Fuente de información: Público

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Un vídeo muestra el terrible maltrato a monos, perros y gatos en un laboratorio alemán

La imágenes muestran a los animales maltratados para hacerles pruebas agresivas, atados a máquinas que parecen de tortura o moribundos en celdas llenas de sangre

16 octubre 2019

La asociación protectora de animales Cruelty Free International ha denunciado el laboratorio de Farmacología y Toxicología (LPT) en Hamburgo (Alemania) por la brutal situación a la que están sometidos monos, perros, gatos y otros animales.

La asociación ha logrado grabar de forma encubierta y difundir un vídeo con imágenes que pueden herir la sensibilidad de los espectadores. Se puede ver a monos amarrados por el cuello en una especie de aparatos metálicos de tortura, perros encerrados en jaulas llenas de su propia sangre, trabajadores que los manipulan con violencia para controlarlos y someterles a pruebas con fármacos.

Cruelty Free International dice que las condiciones “violan claramente” los requisitos mínimos de bienestar animal de la UE y pide el cierre de la instalación.

La publicación de las imágenes ha hecho que asociaciones en defensa de los animales den el grito de alarma para cerrar el laboratorio de los horrores de Hamburgo. “Esto no se puede tolerar, y estamos pidiendo que se cierre este laboratorio y que las autoridades alemanas realicen una investigación completa”, explica Kate Willett, de Humane Society International.

Soko Tierschutz, una organización benéfica que hace campaña por los derechos de los animales, denuncia que las imágenes demuestran una “horrenda mezcla de sufrimiento y crueldad” y que sus prácticas violan la legislación alemana y de la UE.

Es impensable que esto esté sucediendo en un país que tiene la protección animal en su constitución”, dijo Friedrich Mülln de la organización animalista alemana. “Hacemos un llamamiento al gobierno alemán para que tome medidas inmediatas para cerrar LPT y poner fin a estas pruebas de envenenamiento crueles y anticuadas.

Después de que se difundieran las imágenes, las autoridades de la región de Harburgo verificaron in situ las instalaciones del laboratorio y confirmaron algunas de las denuncias hechas por los animalistas eran ciertas. “Descubrimos que las jaulas eran demasiado pequeñas, tal como afirmaron los activistas”, explicó el portavoz de la autoridad local.

La Oficina Estatal de Protección al Consumidor y Seguridad Alimentaria de Baja Sajonia ya ha presentado cargos ante el Fiscal en Luneburg por presuntas violaciones contra las leyes de protección animal.

Envenenamientos y condiciones deplorables

LPT es un laboratorio de propiedad familiar en el que se realizan pruebas de toxicidad para compañías farmacéuticas, industriales y agroquímicas de todo el mundo con el fin de que sus productos cumplan con los requisitos de los gobiernos y de las autoridades reguladoras.

Las pruebas que ahí se les realiza suponen envenenar a los animales para poder saber qué cantidad de una sustancia química o droga puede causar daño y así determinar la dosis adecuada. Para ello, según explica Cruelty Free International, “ Los animales son inyectados o se les hace comer o inhalar cantidades crecientes de una sustancia para medir los efectos tóxicos que pueden ser graves e incluyen vómitos, hemorragias internas, dificultad respiratoria, fiebre, pérdida de peso, letargo, problemas de la piel, insuficiencia orgánica e incluso la muerte . No se proporcionan anestésicos ni alivio del dolor”.

La imágenes que demuestran las terribles prácticas fueron posibles gracias a un activista que consiguió infiltrarse como trabajador en el centro desde diciembre de 2018 hasta marzo de 2019. Este asegura que fue testigo de pruebas en perros de raza beagle, monos macaco, gatos y conejos y que estos fueron mantenidos en condiciones horribles.

Según los informes de Cruelty Free International, los Beagles tenían tubos colocados forzadamente en sus gargantas y les daban fármacos, y a menudo sangraban después de los experimentos. A tenor de las declaraciones del denunciante, los monos fueron quienes más sufrían las pruebas. Los mantenían confinados en pequeñas jaulas, muchos de ellos se volvían locos y andaban en círculos. Aseguran que había muchos a los que les inyectaban sustancias hasta 13 veces al día.

Michelle Thew, directora ejecutiva de Cruelty Free International declaró que “nuestra investigación ha descubierto un terrible sufrimiento animal, una atención inadecuada, malas prácticas e infracciones de las leyes europeas y alemanas. Hacemos un llamamiento para que se cierre el Laboratorio de Farmacología y Toxicología (LPT ). También solicitamos una revisión exhaustiva del uso de animales en las pruebas de toxicidad en Europa, incluido el Reino Unido. Cada investigación, sin falta, muestra una historia similar de miseria y de desprecio de la ley”.

Fuente de información: La Vanguardia

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