La Comisión Europea publica las estadísticas relativas al año 2019, con un descenso prácticamente nulo.
12 agosto 2022
Puntual con las fechas, el informe relativo al uso de animales en experimentación en el seno de la Unión fue publicado el pasado 15 de julio. Se trata de los datos recopilados a lo largo de 2019 constatándose, una vez más, lamentablemente, el escaso progreso, e incluso, una cierta regresión en algunos de los campos experimentales. Todo ello, a pesar de los esfuerzos realizados, de los nuevos pronunciamientos políticos que se han llevado a cabo acerca de la voluntad de reducir el sufrimiento, del avance exponencial de la ciencia alternativa y de la presión continua que hacen los grupos y organizaciones de defensa de los animales, en el ámbito continental.
Las cifras generales:
Desde el pasado año, la estadística que se publica incluye a los 28 estados miembros contabilizados hasta ahora, más Noruega, que no forma parte todavía propiamente de la Unión, pero sí del Espacio Económico Europeo, a través del cual participa de algunos programas y actividades. Este hecho dificulta la rigurosa comparación con períodos anteriores, y es por ello necesario especificar, en cada caso, que es lo que se relata exactamente. De esta forma, e incluyendo al país nórdico, en 2019 la cifra total de usos de animales en experimentación fue de 10.608.764, por los 10.804.854 de 2018. Una reducción menor al 2%, casi invisible, que además resulta en lo contrario, en aumento de la misma proporción, si sacamos al estado escandinavo de los números totales que son base del informe.
Los países que más animales utilizaron fueron: Reino Unido (2.304.461), Alemania (2.202.592), Francia (1.865.403), Noruega (1.281.595) y España (817.742).
A estos números hay que añadir los animales sometidos a una modificación genética. Datos nuevos que la Comisión contabiliza desde 2018, y que han mantenido una pauta estable y pocas esperanzas de una reducción notable a corto plazo. A lo largo de 2019 se usaron en Europa 1.218.922 animales para este fin. Con cambios de cromos estudiados en los genes, y por mera conveniencia de la industria, se inducen malformaciones, afecciones y hasta algún tipo de cáncer a este número elevado de individuos, con la excusa del progreso en la investigación inmaculada. Son, a fin de cuentas, animales que padecen de profundos sufrimientos, y que mueren muy a menudo sin, tan siquiera, haber sido utilizados.
¿Qué animales se usan en experimentación?:
Destaca como nota positiva este año, especialmente, el descenso en el número de perros sometidos, (reducción de un 20%, desde los 25.722 de 2018 a los 20.641 de 2019) así como de primates y de peces (un 8% menos). De otra parte, y desgraciadamente, ha aumentado la utilización de reptiles (105%), de anfibios (58%), de cefalópodos como sepias o pulpos (297%), de gatos (25%), de hurones (23%) y de pájaros (10%). La inmensa mayoría de los animales son criados en Europa, pero en casos particulares como el de los monos todavía casi la totalidad (un 88%) viene de las granjas y otros centros extranjeros, sobretodo de África y de Asia, donde las normas y controles brillan, en muchas ocasiones, por su ausencia.
¿En qué ensayos se usan?:
Los experimentos en los que se usan animales sirven en gran mayoría a tres ámbitos distintos: investigación básica (45%), ciencia aplicada (27%) y ensayos regulatorios (17%). Sobresale y destaca este año el aumento de las pruebas asociadas a nuevos conceptos como son la “Protección del Medio Ambiente” o la “Preservación de especies”, derivados de políticas proteccionistas reforzadas en el 2020 (Estrategia de Químicos para la Sostenibilidad, Estrategia de la Granja a la Mesa o el Pacto Verde Europeo), y que probablemente seguirán incrementándose en los ejercicios venideros. Un concepto que preocupa, porque como señalan los lobbies animalistas, es absurdo preservar especies si se las maltrata.
En cuestión de sufrimiento bajan pero escasamente los indicadores de severidad. E igualmente todavía se reportan 607.370 individuos (un 5% del total), como “no recuperados”, o sea muertos, por motivos del experimento.
A pesar de las alternativas:
Aunque haya avances significativos en la biotecnología, webs de métodos no animales publicadas y en constante actualización, además de las reiteradas recomendaciones de organismos europeos como puede ser ECVAM (Centro Europeo de Validación de Métodos Alternativos), continúan siendo intolerables y excesivas las cifras de uso de animales en los ámbitos de producción de anticuerpos.
Los próximos informes
Desde los años 90 la Comisión Europea viene informando de las cifras de uso de animales para fines científicos. En un principio, bajo los auspicios de la ley de 1986 (Directiva 86/609/CEE), y, a partir del 2010, apoyándose en las bases de la nueva norma (2010/63/UE), que es la que aún rige. Un histórico de informes que hay que tener siempre en consideración, para proceder a contrastar los resultados unido a la adhesión paulatina y progresiva de nuevos estados miembros (que eran 12 en 1991 y que son 27 actualmente). Dichos reportes eran trianuales hasta 2017 y de 2018 en adelante se publican anualmente. El próximo ejercicio dejará de contabilizarse el Reino Unido con motivo del Brexit. Todos estos factores incrementan la complejidad de poder analizar con exactitud la comparativa con los datos anteriores.
Enlaces de interés: